En un nuevo aniversario del club azul, es necesario recordar uno de los pasajes deportivos más oscuros que ha tenido el equipo, pero que sin embargo ha sido uno de los pilares fundamentales del vínculo entre el club y su hinchada.
Corría 1989 y el club se encontraba en una profunda crisis deportiva y monetaria; deportiva debido al constante fracaso en los últimos campeonatos a raíz de la venta de las principales figuras azules que resaltaban en años anteriores, como es el caso de Mariano Puyol o el “Tincho” Gálvez, llegando sólo a puestos medios en las tablas finales.
Por otro lado estaba la situación financiera por la que pasaba el club universitario, ya que el mal momento lo dejaba como el equipo con más deuda histórica del momento y esto se reflejaba en la cancha con los pocos refuerzos llegados durante esos años.
Con el ex defensor izquierdo, Alberto Quintano, a la cabeza como director técnico del equipo, el club había tenido leves mejorías, sin embargo, un conflicto con las dirigencias del club hizo que Quintano firmara su salida a días de iniciar el campeonato 1988.
De esta forma Manuel Pellegrini llega al equipo profesional de manera interina, dejando atrás su puesto con el fútbol formativo azul. Sin embargo, el ingeniero no pudo levantar el equipo, manteniendo una campaña mediocre. La polémica explotó cuando Pellegrini viajó en pleno campeonato a realizar un curso de formación técnica en Europa, dejando a su ayudante a cargo, lo que dio como resultado una seguidilla de derrotas en el campeonato.
De esta forma, a la vuelta de Pellegrini a la banca, Universidad de Chile empata a dos tantos con Cobresal en el Estadio Nacional el 15 de enero de 1989, sellando su paso a la segunda división del fútbol profesional chileno.
La tienda azul preparaba este nuevo escenario adverso con Luis Ibarra como técnico, quien no la tuvo fácil ya que el club universitario terminó la primera fase del campeonato con once partidos ganados, ocho empatados y tres perdidos. En la segunda etapa, el rendimiento mejoró llegando a ser el líder de la tabla sur, preparando una final contra el líder del grupo norte, Palestino.
De esta forma, Universidad de Chile gana en penales al cuadro árabe en el Estadio Nacional el 27 de enero de 1990, asegurando su paso a la primera división chilena y devolviendo toda la alegría al pueblo bullanguero que había seguido al equipo en todas las fechas de la segunda división.
Pese a todo, la historia del club en segunda división no es sólo de índole deportiva, ya que es en este contexto que nace la barra “Los de Abajo” y se forma el estrecho vínculo entre la fanaticada y el club. Es en este contexto que la hinchada del león acompañó y vio crecer a su equipo a pesar de las complicaciones. Es aquí donde se fortalece el amor e incondicionalidad de la gente al equipo como uno de los elementos característicos de la hinchada azul
El apoyo que demostró la gente a su equipo quedó guardada en la memoria colectiva de los azules a través de una canción: “Volveremos, volveremos, volveremos otra vez a ser grandes como fue el ballet”.