Este viernes 11 de marzo, la banda británica de heavy metal Iron Maiden se presentará por octava vez en Chile, siendo el Estadio Nacional el reducto que los acoja. El problema será el show es solo 48 horas antes del encuentro entre “leones” y “penquistas”, por lo que la cancha no lucirá en su mejor forma.
No es ninguna novedad que suceda esto, ya es bastante típico que justo antes de algún partido de la “U” el Estadio Nacional sea arrendado, importando muy poco en las condiciones que quede el gramado posteriormente al evento.
Son varios los ejemplos de estos repetidos hechos, por nombrar alguno sale a la palestra el concierto de Roger Waters en 2012. Esa vez el pasto del coliseo más importante de Chile, no presentaba mucha diferencia con una cancha de barrio. Desde la productora explicaron esa vez que el peso del escenario, sumado a toda la masa asistente al show habían generado el daño.
Un ejemplo más actual, fue lo que ocurrió hace un mes atrás, el “romántico viajero” debía ser local ante San Marcos de Arica, en Ñuñoa. Pero tres días antes se presentó en el Nacional la emblemática banda británica, The Rolling Stones. Resultado de aquel concierto; un pasto muy dañado para un partido del fútbol profesional chileno.