En resumen el Apertura 2008 no será uno de esos torneos que los hinchas vayamos a recordar, no sólo por que no se fue campeón, si no por muchas otras cosas que, frente al frío análisis, dejan en claro un rotundo fracaso. La llegada a semifinales en el Clausura 07’, más el gran nivel de algunos jugadores como Pedro Morales, hacían suponer que con la llegada de algunos refuerzos, muy caros por cierto, se haría una buena presentación en el torneo que se avecinaba, y se nos encendía, como siempre, el sueño de levantar la copa. Pero el juego nunca levantó y las dudas no tardaron en llegar, ya en la tercera fecha sufríamos el primer duro revés frente a Everton en Viña del Mar, demostrando las grandes falencias que penarían todo el campeonato. La irregularidad del equipo fue una constante, como también las dudas del entrenador que no daba con una oncena estelar, jugadores que eran titulares en una fecha y a la siguiente no entraban ni siquiera en la citación. Pero como siempre la esperanza no se perdía, todos nos ilusionamos con el triunfo frente a Colo Colo, con sólida actuación de algunos jugadores y un equipo que se vio firme en todas sus líneas, por fin después de varios años lográbamos ganarle a la contra y, además, se agregaba en unos días la victoria frente a Audax, uno de los equipos fuertes de nuestro fútbol. Pero, par variar, caímos del sueño rápidamente. Católica, en un Estadio Nacional colmado de hinchas azules deseosos de una victoria y de la consolidación de nuestro fútbol, nos daba un duro golpe al ganarnos, claramente, por 0-2. En fin, el equipo dejando muchas dudas se logró clasificar a los Play offs, sin deslumbrar. Ahora era otro torneo, nuevas esperanzas de que la mística de la U apareciera, y la prueba no era fácil, en frente había un gran rival como O`higgins, un equipo que había demostrado un gran poder ofensivo durante la fase regular. Una vez más el irregular equipo de Salah nos daba una sorpresa, y nuevas esperanzas, primer partido lleno de goles, 4-2 en Santiago, destape de un “Pipa” Estévez que, hasta ahí aparte de la nariz, poco y nada había mostrado, dejaban para la vuelta en Rancagua, recinto inexpugnable durante el campeonato, claras posibilidades para clasificar. Dicho partido fue para el “Romántico viajero” una demostración de que todo se podía, se ganaba con categoría por 2-1, nuevamente un gran nivel de Estévez y compañía. Rápidamente se soñaba con una final, todos pensábamos que con ese nivel de juego Everton, rival en semifinales, no sería un duro escollo, por lo mismo el 1-3 en el Estadio Nacional fue un balde de agua fría para toda la familia azul que soñaba con bajar esa esquiva 13ª estrella. La vuelta fue un mero trámite, la U nunca demostró ganas de dar vuelta el resultado y un técnico que no motivaba a los jugadores en la cancha. Resultado, eliminados una vez más en semifinales.
Obviamente no fue un torneo positivo para el club, las pérdidas económicas sumadas al nivel futbolístico mostrado en cancha dejan un manto de dudas para el clausura. Pero, ¿Qué podemos resaltar, positiva y negativamente, del torneo recién pasado? La respuesta parece ser sencilla y los dardos apuntan directamente a Salah, los refuerzos, la directiva. Y, ¿Positivamente? solo destaca la hinchada, pero vamos por parte. Cosas buenas en el apertura fueron pocas, algo que fue una constante fue el gran apoyo de la gente, de ese pueblo azul que domingo a domingo llegaba al nacional, a pesar de los elevados precios y el bajo fútbol que exhibía el equipo. Las 10.000 personas eran un número normal en la asistencia, con una hinchada que armaba una fiesta en cada encuentro. También es importante destacar la alegría de ganarle a colo colo, después de mucho tiempo le gritábamos un triunfo, por los puntos, a nuestro archirrival. El problema es que nos quedamos en eso, en la gente y ese triunfo aislado, más cosas positivas no resaltan en un torneo del que en un comienzo parecía que íbamos a ser protagonistas. Por su parte, las cosas negativas comienzan a aparecer como algo normal en el presente del club, partiendo por los altos precios de las entradas, el bajo nivel de los refuerzos y la irregularidad del equipo, dejando aparte el pensamiento poco triunfalista del entrenador que era llamado a llevar a la U nuevamente al lugar que le corresponde. Mucho nos duele a todos los hinchas azules que el equipo, acostumbrado a luchar y con una mística ganada, juegue para el lado, sin ansias de triunfo y con pocas ideas, además de la merma en el nivel de jugadores, que alguna vez fueron el ejemplo de la mística institucional, como Manuel “Colocho” Iturra. Todos sabemos que la hinchada no abandonará, a pesar de la falta de copas, pero las ganas de ser campeón ya empiezan a notarse en la galería, en todos lados. La gente de la U necesita ser campeón, estamos acostumbrados a sufrir, pero también a celebrar, y aquí asoma lo feo, porqué quizás el torneo no fue un desastre, fue malo, pero lo feo viene ahora, un equipo que no dio réditos con una defensa infantil para jugar y con mucho desorden, un entrenador que no tiene el espíritu de la U en su pensamiento futbolístico y que solo sabe decir “toca, toca”, todo eso se mantiene para el clausura, hasta hoy no hay refuerzos y si pérdidas, se pretende triunfar con lo mismo que nos llevo al fracaso, feo, muy feo.