Concesionaria pide más de un millón de dólares al club, representado por José Manuel Edwards, por los perjuicios de un convenio con CCU que debió asumir.
El jueves de la semana pasada, en el Séptimo Juzgado Civil de Santiago, Azul Azul interpuso una demanda que promete revivir los viejos tiempos de la quiebra de Universidad de Chile.
La concesionaria que administra el club pidió el pago de un millón 158 mil 492 dólares en contra de "la masa" de la quiebra de la Corfuch (es decir, el patrimonio de la continuidad de giro de la institución), representada por el síndico José Manuel Edwards.
De acuerdo al escrito presentado por los ingenieros Juan Eduardo Vargas y Cristián Aubert, el problema se originó por un convenio de publicidad firmado entre la Corfuch y CCU en 2004 (y modificado luego en 2005 y 2006), el cual -afirman- no fue informado en los documentos que la concesionaria tuvo a la vista antes de adjudicarse la administración del club.
El contrato, además, ponía "prenda" sobre los derechos televisivos de la U para garantizar su cumplimiento. Esto, de acuerdo a la demanda, emplazó a Azul Azul a "cumplir obligaciones que no constaban en instrumento alguno (…) a riesgo de perder los derechos televisivos que sí habían sido adquiridos por la concesión".
Luego, la concesionaria y la empresa acordaron un "pago por subrogación", que le implicó a Azul Azul cancelar 237 mil dólares "más las obligaciones publicitarias a favor de CCU".
"En síntesis -reza el documento- Azul Azul, lejos de percibir ingresos por publicidad (…), tuvo que conceder derechos de publicidad durante el segundo semestre de 2007 y la totalidad de 2008, y pagar además para concluir un contrato que debió haber sido finiquitado".