Miércoles 12 de marzo, 2008, estadio San Carlos de Apoquindo. Ante un inusual lleno de unas 13.000 personas, La universidad católica de Chile y River Plate de Argentina se batían a duelo por la tercera fecha del grupo 5 de la copa libertadores. Pero sin duda, más allá del resultado (2-1 a favor de nuestros vecinos del otro lado de la cordillera), lo más ¨destacado¨ fue la constante
silbatina que tuvo que soportar el volante nacional Alexis Sánchez, lo cual fue llevado a tal extremo que, al momento de la salida del ex Colo-colo en el minuto 66, tanto pifias como monedas saltaron al campo de juego como una manera peyorativa de destacar el célebre momento del denominado chico maravilla, figura de los medios y rostro publicitario de una afamada marca deportiva estadounidense.
¿Por qué ocurrió un hecho de estas magnitudes?
¿Por qué aquellos que agotaron las entradas, no sólo para ver a uno de los equipos más grandes del continente como River, sino también para observar a un jugador chileno que destaca en el extranjero como Sánchez despidieron a su coterráneo de una manera tan barbàrica?
Una de las respuestas que vienen a mi mente es que la libertad del jugador para elegir dónde o por quién jugar conlleva una estigmatización por parte de los fanáticos de los rivales del equipo elegido, o los hinchas cruzados dirán en un par de años más que el trato al tocopillano no fue causado por su identificación como ex jugador albo y su declarado fanatismo por la Universidad de Chile??
Se pasarían de ¨caraduras¨ si su respuesta fuese otra.
Sánchez es un jugador que tuvo un humilde inicio en la ciudad nortina de Tocopilla y cuyo esperanzador talento fue rápidamente reconocido por uno de los 4 grandes del fútbol chileno como Cobreloa (Porque con 31 años de vida y varios títulos, los loinos deben ser considerados como un equipo grande), el cual lo fichó con tan sólo 15 años.Tras despuntar en la segunda región, el chiquillo firmó por otro coloso nacional, Colo-colo, en donde sus buenas campañas fueron coronadas con un fichaje en julio pasado por River Plate de Argentina. Actualmente su nivel ha ido de menos a más en el equipo del barrio de Núñez. (Digo de menos a más porque soy disidente de los medios de comunicación que colocan a un chico de 19 años en un pedestal mucho más alto del que realmente pertenece).
¿Qué mal le hizo Alexis Sánchez a los fanáticos cruzados o al fútbol nacional con su fichaje por un grande de Sudamérica?
¿Es un pecado que Alexis Sánchez haya militado en las filas albas y haya adoptado a la ¨U¨ como el equipo del cual ser hincha?
¿Es tanto el odio que produce en el rival que un producto salido del ¨enemigo¨ triunfe en pastos extranjeros?
¿Y la sanción para el estadio de Universidad Católica?
Como el título de la teleserie, la ¨mala conducta¨ de los fanáticos de San Carlos de Apoquindo es extrañamente llamativa, dado que contemplan una reputación de gente pacífica y sosegada, en relación a sus colegas de Colo-colo y Universidad de Chile (Aunque carabineros no ayude mucho en ese ámbito).
Ya es hora de terminar con hechos que ya hace rato dejaron únicamente de hacer daño a nuestra imagen internacional como cultura y predilectos del fútbol, sino que también han alejado a la gente de los estadios y convertido a los coliseos a medio llenar en el ¨clásico¨ de cada fin de semana. No seamos cínicos a la hora de preguntarnos por qué un Colo-colo v/s Católica se juega con sólo 18 mil personas. La respuesta está frente a nosotros, damas y caballeros.
De una vez por todas se debe reflexionar como sociedad que somos un país subdesarrollado en el mundo futbolístico y que cada valor exportado que haga valer su contratación en el extranjero debe ser celebrado y mirado con la misma lupa, sin importar los colores que haya vestido en el pasado o a qué equipo debe su lealtad como seguidor.
Hincha azul, ¿Nunca gritaste un gol de Iván Zamorano?
Hincha blanco, ¿Nunca gritaste un gol de Marcelo Salas?
Tic tac, tic tac……el tiempo sigue corriendo.