Tras el triunfo de ayer, la Universidad de Chile completa dos partidos ganados sin recibir anotaciones, lo que tiene a los jugadores, cuerpo técnico e hinchas un poco más tranquilos.
Escrito por: Samyro Chamberline
El partido de ayer no era fácil en ningún caso, y para aquellos que creían que con la victoria de cinco a cero del domingo frente a Ñublense el partido de ayer sería un paseo, bastante equivocados estaban.
Antes que todo el fútbol en Sudamérica ha aumentado significativamente su nivel, a diferencia de lo que ocurre en Europa, ya lo vemos en las eliminatorias, y en los torneos de clubes ocurre algo similar. En segundo lugar jugar la Copa Libertadores no es lo mismo que jugar torneo local, la localía influye en demasía, y muchas veces los equipos prefieren proteger el rancho en vez de atacar la huerta local. Y en tercer lugar, los paraguas siempre han sido rivales difíciles, y equipos muy inteligentes al pararse en el terreno de juego.
Es rescatable como se para el equipo dentro de la cancha y la intención de ir adelante siempre, un ordenamiento táctico que en la época del “Fantasma” fue una de las más grandes falacias en el fútbol criollo, ya que meter más jugadores de ataque no significa ser más ofensivo.
Ayer la U si bien le costó rematar al arco, podemos contar que trato de entrar de muchas formas en una defensa muy cerrada y de experiencia como la de Guaraní, Cáceres saco todo, y por porte se llevó por encima a Rubio y Mora. Me parece que la clave en el partido de ayer fue jugar con paciencia, y que el Profe sabía que de un momento iba a llegar el error de ellos, o la genialidad azul, como fue el gol de Mora ayer, y el partido se desequilibraría.
Como se dice en una llave en libertadores muchas veces es mejor mantener el arco en cero a marcar en el arco contrario, y ayer no solo mantuvimos el arco en cero, sino que marcamos un golazo para ir a definir la llave a asunción.
Aspectos Tácticos a destacar
La incomodidad del Chino Martínez
Al “Chino” se le noto la falta de fútbol, le costó 30 minutos encontrar la posición en el campo de juego, nunca tuvo claro a quien marcar, y además le costó pedir la pelota, ya que él es el encargado de entregar el balón a los volantes de salida para generar los ataques. Muchas veces fue “Pepe” quien salía jugando, y en primer lugar cargando mucho el juego a la izquierda, y metiendo pelotazos largos, no siempre eficientes.
Un Farfán solitario
Si bien ayer Rubén Farfán no anduvo bien, el equipo no lo acompaño en su labor de abrir la cancha por la derecha, le toco muchas veces enfrentar solo a la defensa Guaraní, y llegar cansado a sacar el centro, producto del largo recorrido que realiza con la pelota en sus pies. En el partido contra Ñublense destacamos el un-dos que hacían los laterales, ayer a Farfán le falto compañía.
Una línea defensiva cada vez más afiatada
Si uno no supiera que llevan tan solo dos partidos jugando juntos, se podría pensar que Osvaldo-Caruzzo-Pepe llevan años jugando juntos, pero no es así. Van solo 180 minutos, y el complemento que logran es maravilloso. Caruzzo está siempre dispuesto a auxiliar a los dos stopper, y con delanteras como las de Guaraní es importante tener esa seguridad que el argentino ayer les entrego a sus compañeros. Punto aparte los dos muy buenos achiques de Marín.
Una Genialidad y la falta de gol
Como lo dijo Mendoza de Guaraní “Fue un gol de otro partido”. Cuando ya se veía difícil convertir Rodrigo Mora recibe de espalda un pase de Ramón, la amortigua de pecho y en vez de girar fabrica una chilena sorpresiva para el arquero, Cáceres y el estadio completo, golazo del charrúa. Hubo más ocasiones, pero los delanteros no estuvieron finos, pero el fútbol se trata de eso, y ayer si bien los delanteros perdieron ocasiones, tampoco fueron tantas y los paraguas anduvieron con suerte en varias pelotas.
La tranquilidad azul
Los jugadores se ven con otro ánimo dentro del campo de juego, afuera sonríen, hablan con la prensa, y no se enfrascan en discusiones como en otrora. Y eso se le debe exclusivamente al “Relojito”, que como dijo Marín en conferencia de prensa, “sabemos a lo que jugamos”, y claro los cambios son lógicos, y no se ve la improvisación que hace dos semanas imperaba en el vestuario azul. El profe Romero trajo la calma a los jugadores, dos triunfos seguidos, y todo eso no es poco.