En una semana marcada por lo extra futbolístico, nuevamente Universidad de Chile logró un agónico empate. Esta vez frente a Santiago Wanderers en el puerto de Valparaíso. Los azules siguen en la punta, al menos por hoy, a la espera de lo que haga Rangers de Talca. El león herido rugió pero sigue dejando enormes dudas.
Santiago Wanderers tomó el protagonismo desde el minuto 1. los caturros se jugaron la vida desde el inicio del partido, dejando descolocados a los jugadores de la U, quienes no esperaban un arranque así de los verdes. Sin embargo esta situación no debería ser casual, ya que todos los equipos del país le juegan así a la U, dejando todo en la cancha, siendo, los azules, el equipo a vencer.
Por todo esto no fue muy extraño cuando los locales abrieron la cuenta a los 28’ del primer tiempo, en un zapatazo instable para Herrera de parte de Castillo. Pero los leones no se quedaron ahí y fueron por el empate. En esa búsqueda frenética del gol, se transformó en protagonista uno que no debería serlo, el juez de línea Suazo. El guardalíneas cobró, a lo menos, cuatro fueras de juego que no correspondían e, incluso, le anuló un gol legítimo a Ubilla cuando se iba la primera parte.
En el segundo lapso los azules salieron con todo, sin embargo los manotazos de ahogados de un apremiado Wanderers fueron más fuerte y los caturros no bajaron los brazos, ni se fueron atrás.
La U no tuvo muchas llegadas claras en el segundo tiempo y los verdes mantenían el balón dominado, sin tantas llegadas tampoco. Pero cuando parecía que el 1-0 estaba cerrado vino la pesadilla para los fanáticos azules. Jugada por el sector derecho de la defensa de la U, centro atrás y Silva remata bajo y cruzado para hacer estéril la volada de Herrera, minuto 80 y 2-0.
Pero a esta U no hay que darla por muerta y hace una semana fue la prueba clara de eso. Cuando se jugaba, nuevamente, con más corazón que fútbol, Lorenzetti abre un balón para Castro, que había ingresado hace poco, éste saca un centro perfecto para encontrar la cabeza de un solitario Enzo Gutiérrez, quien decretaba el 2-1 y le daba oxígeno a los azules. Minuto 83.
Y aún faltaba más. Cuando nadie lo esperaba, Marino recibe a la entrada del área verde, cucharea la pelota e ingresa Castro quien con un cabezazo poco ortodoxo decreta el empate y la locura azul en los descuentos, minuto 92 y el marcador quedaba 2-2.
Más allá de un empate dulce, del corazón que mostraron, nuevamente, los jugadores de la U, quedan enormes dudas, no de la calidad sino del desgaste que ha tenido este equipo en los últimos dos años. Es de esperar que se retome el rumbo ganador, es lo que todos esperamos, que el miércoles estos gladiadores le den una nueva alegría al pueblo azul porque tal como la semana pasada, tal como hoy, tal como siempre, a Universidad de Chile NUNCA hay que darla por muerta.
