En su condición de ‘campeón el fútbol chileno de 1969’, Universidad de Chile accedió a jugar la Copa Libertadores de 1970, acompañada por Rangers de Talca, segundo en la liguilla final a sólo dos puntos de los azules. Ambos equipos conformaron el Grupo 3, junto a los paraguayos de Guaraní y Olimpia, y a los colombianos Deportivo Cali y América de Cali. La ‘U’ partió cayendo por 2 a 0 ante Deportivo Cali en Colombia, el 15 de febrero de 1970. Sin embargo, tres días después, en la misma ciudad, el ‘Romántico Viajero’ se redimió y consiguió un valioso empate 2 a 2 ante América, con goles de Rubén Marcos y Carlos Arratia.
Luego vino la visita a Paraguay. El 22 y 25 de febrero los azules enfrentaron a Olimpia y Guaraní, respectivamente. Contra los primeros se rescató otro empate de visita, esta vez 1 a 1, con gol de Arratia; y frente a los segundos el resultado fue 1 a 0, favorable a los locales.
Después del periplo internacional, La ‘U’ jugó 6 encuentros consecutivos en el Estadio Nacional: venció 2-1 a Rangers (Hodge, Aránguiz), 3-1 a Deportivo Cali (Marcos, Aránguiz, Yávar), 2-1 a América de Cali (Marcos, Araya), 7-1 en la vuelta contra Rangers (Arratia (3), Barrera (2), Aránguiz, Hodge, donde, además, Rubén Marcos erró un penal), 2-1 a Olimpia (Aránguiz (2)), terminando la fase grupal frente a Guaraní con un empate sin goles.
El ‘León’ clasificó a cuartos de final como segundo del grupo, con 13 unidades, a dos puntos del líder Guaraní.
El rival en cuartos fue el poderoso Nacional de Montevideo. La ida se jugó en la cancha del Estadio Nacional de Santiago, el 15 de abril de 1970. El resultado favoreció a los azules por 3 a 0, con tres conquistas del ‘‘Chico’’ Pedro Araya. La vuelta se jugó en Montevideo y favoreció a los uruguayos por 2 a 0.
En ese periodo el reglamento de la Copa Libertadores era otro y no existía el ‘gol de visita’. Sólo valían los puntos sumados en ambos encuentros para dirimir al ganador de la llave.
Como hubo igualdad de puntaje (un triunfo para cada uno) se tuvo que disputar un encuentro definitorio en un recinto neutral, donde -en caso de paridad- sí valía la diferencia de goles.
El escenario escogido para el desempate fue el Estadio Beira Río de Porto Alegre, en Brasil, y se llevó a cabo el 28 de abril de 1970. Los azules viajaron al país de la zamba con la ilusión de hacer historia y vaya que lo consiguieron.
El resultado favoreció por 2 goles a 1 (Yávar, Peralta) a Universidad de Chile y, aunque la felicidad era máxima por la clasificación, las expulsiones de Rubén Marcos a los 42’ y de Hodge a los 68’ sembraron la alarma dentro del plantel, ya que se perdían dos grandes valuartes para la Semifinal.
LA PRIMERA SEMIFINAL DEL ROMÁNTICO VIAJERO
De que existía presión, existía. De que había ilusión, la había. Por primera vez La ‘U’ llegaba a una instancia definitoria en la Copa Libertadores, de hecho, era la primera vez que superaba la primera ronda.
Sólo quedaban 4 equipos. El rival en esta pasada fue Peñarol, otro cuadro fuerte, sin embargo, la seguridad de que el ‘Ballet Azul’ podía bajar a cualquiera daba para soñar.
La tan esperada fecha llegó. El 8 de mayo de 1970 La ‘U’ entró al césped de un Estadio Nacional repleto. Los Leones del ’70 salían a luchar con todo.
El partido no fue fácil. Los uruguayos presentaron un juego fuerte y mezquino que logró complicar al juego ‘vistoso’ del ‘Ballet’. Al final, un valioso, pero mezquino, 1-0 dio el triunfo a los azules con gol del ‘’Chico’’ Araya.
La revancha se jugó el 12 de mayo en el Estadio Centenario. Peñarol, un poco más acostumbrado a estas instancias, derrotó con comodidad a La ‘U’ por 2-0, lo que obligó a que la llave se definiera en un tercer partido disputado en cancha neutral.
Los pasajes para la final estaban cerca, pero el empate no le servía a la ‘U’. Cabe recordar que el reglamento sí consideraba la diferencia de gol en esta instancia.
El juego definitorio se disputó en el Estadio Presidente Juan Domingo Perón (conocido como el cilindro) de Avellaneda, en Buenos Aires.
Los azules se jugaron el todo por el todo. Durante gran parte del encuentro impusieron su juego y a pocos minutos del pitazo final abrazaban un 2-1 a favor (Marcos (penal), Hodge), que los mandaba directo a la Final.
Sin embargo, tras un ataque de Peñarol, el portero azul, Adolfo Neff, tomó el balón e intentó salir jugando rápido con la mano (cosa común en él). El pase fue errado y llegó a los pies de Peralta, que -desde aproximadamente 30 metros- sacó un remate que sepultó la ilusión del pueblo azul. El resultado final fue empate 2 por 2, con los uruguayos clasificados a la Final por diferencia de gol.
Pasaron dos años para que la U volviera a jugar la Copa Libertadores y veintiséis para disputar nuevamente la Semifinal. Este plantel nos enseñó el camino y estuvo a minutos de ser finalista, pero eso es historia, parte grande y linda de la historia de la Universidad de Chile.
Y más allá del último resultado, Universidad de Chile logró mostrarse por primera vez como un grande de América. Los Leones del ’70 nos presentaron al mundo y gritaron a los siete vientos: “Somos la Gloriosa Universidad de Chile”.