Universidad de Chile perdió el invicto en un discreto partido, sin embargo se instaló en su tercera final del año y va por un nuevo bi campeonato en el fútbol chileno. No sé si será para alarmarse porque nunca, pero nunca durante el partido la U vio en peligro la clasificación, a pesar de lo que dicen algunos “especialistas” y, una vez más, jugando a media maquina no se quedó con el partido pero sí con la serie. A esperar un poco más por el título invicto pero a esperar una semana para ver si esta U histórica sigue marcando la pauta en el fútbol de nuestro país.
Flojo comienzo: no fue un flojo comienzo por rendimiento futbolístico pero sí se notó que en lo físico ya hay agotamiento. La exigencia a la que ha estado expuesto este equipo ha sido tan grande durante el año que a esta altura esta pasando la cuenta. Si bien es cierto nunca hubo peligro de quedar eliminados fue uno de los partidos más flojos del año, incluso más que la final perdida en el apertura. A la U le costó emparejar pero lo logró, teniendo un par de opciones claras de gol, sin embargo en el término de la primera mitad los visitantes encontraron la ventaja en una dudosa posición de Harbottle. Una vez más los azules se iban en desventaja al descanso.
Con 10 mejoró: tan flojo fue el partido que la figura del León se fue expulsado y no tuvo mayor participación en el ataque. Corrían 53 minutos cuando, al parecer, Eduardo Vargas insultó al juez Patricio Polic y éste lo expulsó sin vacilar. Se podría decir que algo tenía el arbitro ya que minutos ante lo había amonestado y se veía venir algo así. Y sigo desconfiando, al jugador de Cobreloa que insultó al arbitro en su duelo frente a Colo Colo le dieron una fecha, es de esperar que con Vargas la vara sea la misma, si es que no se meten los de siempre. Pero pese a eso la U, extrañamente, subió el nivel y se fue con todo al ataque, quizás Sampaoli supo que con 10 era mucho mejor mantener el partido en área rival que en campo propio. Fue así como a los 59’, tras lateral servido por Mena, Osvaldo González tomó un balón de primera y lo clavó en el ángulo de la UC. 1-1 y ya todo estaba asegurado.
Clasificación con sabor amargo: más allá de que la U esté instalada en una nueva final, el término del partido dejó un sabor un tanto amargo. Y es que pasó tanto tiempo, tantos partidos y tantos equipos donde la U pasó por encima que ya casi se nos había olvidado lo que es perder. Pero sea esta una lección que, pese a ser el mejor equipo de Chile, el mejor de América y, quizás, uno de los mejores del mundo, la historia de la U, nuestra historia ha sido de sufrimientos. Un cable a tierra para todos los que creían que este equipo era imbatible. Se perdió, sí, se perdió el invicto, pero estamos en una nueva final y el amargo sabor de la derrota puede ser borrado con algo mucho mayor: un nuevo título.
Gran hinchada: a pesar del gasto económico que ha generado este equipo a los hinchas, el público azul sigue demostrando su incondicionalidad y repletó el lado sur del Nacional, aún cuando este partido, sin pecar de soberbio, era un trámite. A juntar dinero para el último esfuerzo, volver a empujar la pelota con la voz para terminar rompiendo gargantas fundidos en un nuevo grito de Campeón.