Rincón del Bulla estuvo en el Estadio Nacional para cubrir una nueva versión del superclásico del fútbol chileno, esta vez válido por la 14º fecha Torneo de Apertura Petrobras 2011. Un clásico soñado para algunos, en especial para nuestro gran “Gokú”. Buen primer tiempo: la verticalidad de la U quedó demostrada en el primer tiempo, sobre todo con las llegadas que parecían mostrar solo un equipo en la cancha, con un Colo Colo jugando de chico a grande, apostando al contragolpe sin un fútbol vistoso pero con una U volcada en ataque, en especial por las bandas, nada deparo hubiera sido que al termino de la primera mitad el marcador fuera amplio a favor de los azules. Mena en un par de oportunidades, Puch, Vargas, Marino tuvieron algunas claras y se esperaba un segundo tiempo fácil y ganador.
Dormidos en el lapso final: si Colo Colo había andado mal en el primer tiempo, la U lo hizo en el segundo. Y es que errores infantiles, nerviosismos y otros factores hicieron que el León decayera y le entregara el fútbol a los visitantes, pero como siempre, más que aciertos del rival fueron errores propios, tanto así que de un error de Rojas nace el gol de los albos. Un balón controlado que se le escapa, un tiro de esquina regular, un Herrera estático, nadie salta y Miralles cabecea solo, limpio y la clava en el segundo palo. 0-1 y el festejo desmedido del jugador más hipersensible e híper ventilado del fútbol chileno, mostrado una “L” en la frente.
Despertó el León: cuando Miralles marca el gol se pensó lo peor, nuevamente la U hacía el desgaste y Colo Colo se llevaba un triunfo, pero creo que tanto a mí, a nosotros, como a muchos, lo primero que pasó por las cabezas fue Rivarola. Y es que la edad, el físico y todo lo que quieran no lograrán que deje de ser un jugador de clásicos, azul hasta la médula y un ídolo de la hinchada. Con su entrada la U demostró más carácter, se fue en busca del empate y Gallegos retrasó sus líneas sacando a Paredes, un agente de peligro, y poniendo a Luis Mena. Un error que pagó caro, y es que la U con cuatro delanteros fue imparable, tanto así que el penal dudoso para algunos, claro para otros (incluyo me) llegó en el momento justo y por el ambiente rondaba que, de ser gol, el partido era azul. Canales se para frente al balón, fuerte a la derecha del arquero, éste que la roza, la pelota se mete y a celebrar y a apurar. Minuto 87, 1-1.
Gokú tenía la llave: después del empate la U se fue con todo, tanto así que le anularon un gol (auto gol) legítimo, pero no bastó. Los azules querían el triunfo y una pelota en profundidad para Eduardo Vargas (una de las figuras de la tarde) le gana al defensor, saca un centro al punto penal y Rivarola que venía acompañando la jugada mete un cabezazo furioso de emboquillada que se cuela en segundo palo y desata la fiesta en Ñuñoa, minuto 89, 2-1, la fiesta, el carnaval, el superclásico para la U y para Miralles, ¿Quién es el “Loser”?
Un marco espectacular: más allá de las medidas de seguridad la hinchada, una vez más no falló. Globos, papel, serpentinas y mucha voz acompañaron este triunfo que le da una nueva medalla a “Gokú” en su triunfal paso por la Universidad de Chile.