Inolvidable. ¡Esa es la palabra! Un excelente regalo de cumpleaños para la institución que ayer cumplió 83 años y para una hinchada que siempre está en todas, en las buenas y en las malas, contra viendo y marea. Y es que la noche del jueves 20 de mayo se comenzó a escribir una nueva página en el diario de vida de nuestra querida Universidad de Chile. Una página alegre y optimista que busca cambiar la historia para graduarnos como un grande de América, no sólo de Chile. Feliz cumpleaños amada Universidad de Chile, porque ya estamos en semifinales de la Copa Libertadores de América ¡Muchas gracias por existir!
Catorce años de diferencia. 1996 v/s 2010
¿Es este el mejor equipo que hemos tenido en el último tiempo? Obviamente, las comparaciones son siempre odiosas, pero a la vez resultan necesarias para saber en qué nivel estamos. Hace unas semanas, después del triunfo ante Flamengo en el Maracaná, los medios hicieron numerosas analogías entre esta Universidad de Chile y el equipo de la contra que ganó la Libertadores del ’91. Obviamente, en la familia azul nos molesta que nos comparen con la contra, por tanto, en el Rincón del Bulla hicimos una analogía similar, pero con nuestra propia historia reciente y qué mejor que plasmarla con el mítico equipo del ’96, también semifinalista de la Copa Libertadores. A continuación un pequeño desglose con la formación y trayectoria de cada uno de Ellos. Sean ustedes mismos quienes juzguen cuál de los dos planteles es el mejor.
Se forma la base de un “Equipo Mágico”
El equipo del ’96 se comenzó a forjar en 1991 con la llegada de René Orozco a la presidencia de la “U”. Orozco recibió un club devastado por las malas administraciones y plagado de frustraciones deportivas. Basta decir que ese año se sorteó el descenso a Segunda División (hoy Primera B) después de jugar la liguilla de promoción, en un momento en que el fantasma del ’89 aún rondaba en las mentes de los hinchas azules.
El desafío era muy grande y el presupuesto bastante precario. Por esa razón, el doctor Orozco buscó a un entrenador que le diera tiraje a la chimenea y que también estuviera identificado con los colores de la institución. Fue así como llegó Arturo Salah (1992), con la misión de llenar nuevamente de copas las estanterías del “Romántico Viajero”, tal como el recordado “Ballet Azul” de los años sesenta.
Salah fue quien armó la base del ‘96, pero se marchó antes de conseguir logros deportivos, ya que en el segundo semestre de 1994 viajó a México para hacerse cargo del CF Monterrey. En el puesto lo sucedió su ayudante de campo Jorge Socías, quien a la postre conseguiría el bicampeonato del fútbol chileno (1994-1995), acabando con 25 años de frustraciones y fracasos deportivos.
Russo y el sueño Libertadores
Pese a lograr el bicampeonato y las semifinales de la Copa Conmebol (símil de la actual Copa Sudamerica), Socías deja la banca de la “U” por diferencias con la dirigencia, que buscaba consolidar al equipo con una copa internacional, y fue sucedido por el argentino Miguel Ángel Russo.
Russo era un perfecto desconocido en el fútbol chileno y en su currículo sólo destacaba haber subido a primera con Lanús (1992) y con Estudiantes de La Plata (1995), en la Argentina. Con esos antecedentes se hizo cargo del “Bicampeón” y lo llevó al nivel internacional más alto alcanzado en 26 años.
1996 fue la cúspide para ese plantel formado cuatro años antes por Arturo Salah, madurado por el “Lulo” Socías y explotado en su máxima capacidad por Miguel Ángel Russo. Ese fue un plantel que no sólo logró el “Bicampeonato” y las semifinales de la Libertadores, sino que además fue la base de la Selección Chilena que clasificó a Francia ’98 y que nos permitió conocer al gran Marcelo “Matador” Salas, el más grande ídolo azul.
El respiro después de la quiebra
La segunda mitad de la década pasada estuvo marcada por la quiebra de la Universidad de Chile, su posterior privatización con la llegada de Azul Azul (2007) y la salida a la bolsa. Federico Valdés llegó a ordenar el buque, con la misión de devolver a la “U” el sitial que había recuperado en los noventa y la “idea de llevar al equipo lo más alto posible, con el interés de que se convierta en el mejor equipo del país (Radio Cooperativa 26-08-2007)”.
Al principio, la gestión de Azul Azul fue muy resistida por toda la hinchada, que veía con malos ojos que los privados pusieran sus intereses en el club, pero lentamente esas críticas fueron quedando atrás y hoy en día son pocas las voces disidentes a la gestión de Valdés y Azul Azul. ¿La razón? Los triunfos obtenidos en el último año de su gestión. Que cada cual saque sus propias conclusiones sobre el tema.
Salah vuelve a armar la base de un equipo exitoso
Pese a lo que muchos puedan decir en contra del técnico Arturo Salah (2007-2008), por su frustrado segundo paso al mando de la banca del “Equipo Mágico”, fue él quien armó la base de este equipo exitoso que tenemos en 2010. Se repitió la misma historia de 1992 y la hinchada debería agradecerle ese acierto. Tal vez algún día regrese a saldar su única deuda con la hinchada azul: dar una vuelta olímpica.
Poder uruguayo
Bueno, todos sabemos lo que pasó el 2009. Llegó el uruguayo Sergio Marcarían, le sacó trote al mismo equipo que había armado Salah y se coronó campeón del Apertura 2009. Además de jugar una buena Copa Libertadores, quedando eliminados en octavos de final por Cruzeiro de Brasil.
El segundo semestre fue para el olvido. Markarían dejó la banca universitaria y la dirigencia azul puso en su lugar al argentino José Horacio Basualdo, quien venía de hacer una muy buena campaña con Santiago Morning. En el Clausura ni siquiera se logró calificar a play off y, en el campo internacional, se logró un decoroso cuartos de final en la Copa Sudamericana, pese a que la estructura de juego planteada por Basualdo nunca logró convencer a la hinchada y a los dirigentes. Eso por lo menos indicaba que la estructura del plantel daba para más y que lo sucedido el primer semestre no era sólo un espejismo.
Este año ha sido otro técnico uruguayo quien se encargó de devolvernos la ilusión. Gerardo Pelusso, que reemplazó al vilipendiado Basualdo y con la misma base de jugadores que venía desde 2007, más los nuevos refuerzos, ha sido el principal artífice de la excelente campaña que ha presentado la “U” en el torneo nacional y en la Copa Libertadores.
Ayer cumplimos 83 años y ya estamos en semifinales. Quedan dos meses para ver si este equipo es capaz de superar los logros obtenidos por los muchachos del ’96. Mientras tanto, les damos las gracias por las alegrías entregadas y una vez más les decimos: Feliz cumpleaños amada Universidad de Chile.