El “fenómeno” que ocultaba la pandemia

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Foto: Javiera Mera

Las Leonas triunfaron en el norte, pero no solo se llevaron tres puntos. El y la hincha de la U llegó a las afueras del Calvo y Bascuñán para apoyar a las azules y entregar un cariño que por fin vivieron in situ las dirigidas de Carlos Véliz. La barra cantó, alentó, aplaudió, pidió fotos y autógrafos, mientras las jugadoras evidenciaban una sonrisa sincera, que demostraba que hace tiempo esperaban esto. ¿Habrá que buscar un estadio cuando pueda entrar el público? Probablemente sí.  

Por Maximiliano Cárdenas | @bitacoradelbullanguero

“Hace mucho tiempo no sentía algo como lo de hoy”. Esas fueron las palabras textuales de una de las experimentadas jugadoras de Universidad de Chile al arribar al hotel en Antofagasta tras golear por 4 a 0 al CDA. Su frase no es exagerada, momentos antes Las Leonas vivieron un momento único y como pocos… hasta ahora. 

El fútbol mueve multitudes y el fútbol femenino siempre estuvo ajeno a eso, pero hoy estamos en un punto de nuestra historia deportiva en que esta categoría recibe paulatinamente a esas “multitudes” que tanto ansiaron, esperaron y merecían. 

El Estadio Calvo y Bascuñán había recibido público el día anterior para el duelo del local por el torneo masculino, mientras que nuestras leonas arribaban a la cancha 3 del recinto, un campo en los alrededores del coloso norteño que tenía, a lo más, unas pequeñas gradas que servirían para ser usadas como banca para las jugadoras. 

El sábado, los aficionados regresaron al balompié de hombres, pero el domingo también lo hicieron al de mujeres, ya que hinchas de ambos equipos se apostaron en la calle Galleguillos Lorca para presenciar el encuentro. Los primeros seguidores llegaron una hora antes del duelo y cada minuto que pasaba la improvisada galería se empezaba a llenar. Llegaron madres con sus hijas e hijos, algunas chicas que analizaban el encuentro sabiéndose el nombre de cada jugadora, personas de la barra que alentaban a su club y familias que hasta llevaron sillas para presenciar el encuentro. 

Era una caldera esa vereda. En el trabajo precompetitivo, la cara de las futbolistas transmitía alegría y quizás un poco de nervios al ver tanta gente alrededor, muy distinto a lo que se vive cuando se juega en el Centro Deportivo Azul. Los aplausos cayeron al salir del campo de juego, pero también aparecieron para celebrar las atajadas de Natalia Campos, los cruces de Fernanda Ramírez, un pase de Yessenia López, un desborde de Fernanda Pinilla o un gol de Sonya Keefe. 

Había motivación de sobra. Se vivía el fútbol con cánticos, gritos, alientos y hasta esas molestas palabras del aficionado o aficionada rival, donde el árbitro también era el principal blanco de los improperios. Esa misma euforia la demostró el público cuando terminó el cotejo y las jugadoras se acercaron a saludar a toda la “galucha”. Las más grandes tomaron iniciativa y se tomaron selfies y firmaron camisetas, mientras que las más jóvenes intentaban dimensionar a lo lejos el “fenómeno” que han provocado en el hincha azul. 

La historia no acabó ahí. Al arribar al hotel, una docena de hinchas estaba esperándolas para fotografiarse con las Leonas. Todas las que fueron requeridas aceptaron, a pesar del cansancio. “La gente de la U está loca. Es muy fiel y eso nos gusta. Ahora que nos puede seguir un poco más, es bueno. Nos da el cariño que necesitamos”, dijo Yael Oviedo tras posar con algunos fanáticos. Ellas saben que les vale un minuto de su día para que los fanáticos tengan una postal que será atesorada de por vida. 

Este es una prueba más que el pueblo azul está a muerte con este equipo y un argumento más para pensar que, cuando se permita el público en sus encuentros, Los de Abajo llegarán en masa para apoyarlas. Insisto con la palabra “fenómeno”, porque lo sucedido en el norte es la realidad que ha ocultado la pandemia hace un año y medio.

Lo hemos evidenciado en los “banderazos” y en las transmisiones de cada partido. En el duelo frente a Deportes Temuco, la U tuvo el debut de una plataforma para difundir los duelos de las Románticas Viajeras, pero no pensaban que la gran cantidad de los asistentes web harían caer esta página, teniendo que usar YouTube para recibir a cerca de seis mil personas viviendo el encuentro en vivo. A esto se suma el recibimiento de la barra en Puente Alto, quienes ornamentaron con globos azules y rojos la bajada de la Avenida Concha y Toro hasta el complejo Amador Donoso, y vieron el encuentro desde un cerro acompañados de banderas, extintores y pirotecnia. 

¿Qué enganchó al hincha con el equipo? Muchas cosas, que comenzó con un proyecto deportivo y la intención de profesionalizar poco a poco nuestra rama femenina. Pero se debe hacer hincapié en la actitud e identificación de las futbolistas. No solo se ve buen juego y resultados, sino que pasión y alegría dentro del campo, sonrisas sinceras sinónimo de satisfacción y cariño por lo que hacen, algo que todo bullanguero y bullanguera espera en cada equipo que lleve la U roja en el pecho. Este es el canal directo al receptor azul, quien agradece viendo cada partido, escribiéndoles en redes sociales o alentando desde cualquier lugar del mundo. 

Ahora queda trabajar en logísticas, porque cuando se permita el público en estos eventos deportivos, el CDA quedará minúsculo para todas las personas que querrán asistir a verlas. Ya hay que pensar en un estadio con mayor aforo para futuro, ya que el “fenómeno” que crearon silenciosamente buscará y solicitará seguir acompañándolas, pero ya no de forma remota. Si quedaron asombradas por lo sucedido en Antofagasta, no creerán lo que podría pasar en unos meses más.

 

 
 
 
 
 
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La voz del hincha

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