Naciendo en el Purgatorio

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Quién hubiera pensado que aquel grupito de 15 jóvenes que se ubicaban bajo la barra oficial de la U de ese entonces (Imperio Azul), los cuales saltaban descamisados y agitando sus poleras en aquellos partidos de la temporada del ’88, previos al descenso, llegarían a ser diez años después una masa ardiente compuesta por miles de jóvenes, adolescentes y también adultos, los cuales están unidos entorno a un solo nombre, Universidad De Chile, y que hoy va mucho más allá de una cancha de fútbol… Los De Abajo.

Las tardes en que se comenzó a gestar la barra fueron generalmente amargas. El equipo sufría derrota tras derrota y la hinchada que acudía al Santa Laura veía como el equipo se hundía en un pozo del cual no se veía salida. Los jóvenes que participaban en la barra oficial comenzaban a juntarse y se ubicaron debajo de ésta, pegados a la reja cantando y alentando al equipo sin parar con un par de lienzos con el texto "DEVOTOS DEL BULLA" y "CON LA U SIEMPRE", que rompían el esquema tradicional incorporando frases alusivas a la identificación y el sentimiento del los hinchas hacia el equipo. La amistad surgida entre estos jóvenes los hizo aunar criterios respecto de lo que querían hacer en la barra.
Sus ideas modernizadoras chocaban en parte con la barrera generacional que componían los demás integrantes de la hinchada. Las reuniones de los días martes en el tercer piso de la sede del club (lugar de encuentro de la barra oficial) comenzaban a tener un carácter mayormente confrontacional.

Se pedía eliminar la caja y dejar que el bombo sonara solo y a un compás, a la usanza argentina, agilizar los cantos y darle un carácter más activo y agresivo en cuanto a la actitud que la hinchada debería tener. Mociones como ésta crearon los lógicos anticuerpos entre ambos sectores y como los encargados de llevar la barra eran los adultos y los adultos jóvenes, no simpatizaban en demasía con este tipo de cambio. Se hizo tradición cada vez que ocurría algún incidente en la galería o fuera de ésta se culpara a los que se ponían abajo, se creo un estigma de desorden en torno al grupo y éstos mostraban una postura cada vez más distante hacia la organización que presidía Eduardo Martínez. Por otro lado se tienen posturas disidentes en cuanto a la administración del presidente del club de aquel entonces, Waldo Greene, factor que chocaba con la cohesión que existía entre éste y la dirigencia de la barra oficial.

Para colmo de males el equipo llegaba al fondo del hoyo y escribía quizás la página más triste de la historia del club… el descenso a segunda división. En ese día mientras se derramaban lágrimas al ver al León herido en aquel empate2 a 2 con Cobresal en el Estadio Nacional y que nos mandaba directamente a un calvario que probaría la fidelidad de todos, nacía el sentir de cambiar muchas cosas en la hinchada y el club. En este ambiente decadente e inquietante, la diferencia entre Los De Abajo y la barra oficial aún juntos se acentuaron.

El roce final y que determinó la separación definitiva se produjo en la apertura del ’89 (previo a la competencia oficial de ascenso) en un partido con Audax Italiano. Antes de éste se jugó el clásico con Colo-Colo, donde Los De Abajo obtuvieron como trofeo de guerra una gran bandera que pertenecía a la Garra Blanca. este tipo de "reivindicaciones" no tenía cabida en los cánones de hinchada de la barra oficial, por lo que se solicitó la devolución de la mencionada bandera a sus legítimos dueños. Ante esta petición obviamente sería la respuesta negativa y -en vista que las relaciones no se podían estirar más- se resolvió trasladarse desde el sector sur-oriente hacia el sector sur-poniente del Nacional (lado izquierdo del sector que ocupa actualmente el centro de LDA).

Este sería el comienzo de la hinchada como grupo independiente. El nombre que debía llevar el grupo era no otro, sino que Los De Abajo, ya que esta era la denominación que los caracterizaba por ubicarse siempre en la parte baja de las galerías junto a la reja. Más tarde este nombre tomaría un sinnúmero de connotaciones para una generación entera de seguidores del León…

La voz del hincha

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