Idolo transversal
Quizás fue la imagen que más llamó la atención tras el superclásico, es que es muy raro ver un albo pidiéndole un autógrafo a Herrera, ¿no?
— Cristián Fajardo C. (@cfajardoc) 2 de octubre de 2016
A potope (+18)
Hay una canción de Los de Abajo que dice: «cuando salgamos campeón, lo vamos a celebrar, con un cruzado colgado de un árbol y un indio a raja pelá». No compartimos el llamado a colgar ni empelotar a nadie, pero si nos llama la atención este maceteado albo que regaló risas a los asistentes con un intento de masturbación en plena galucha… Regálenle una lupa.
Capucha permitida
Si en las marchas los encapuchados son reprimidos, en el Monumental son favorecidos para estar en la cancha y lanzar sus humos de la mano con Blanco & Negro. Curioso.
Hasbún Hasbún…
A pesar del triunfo, hubo un albo que no la pasó muy bien. Por muy cómodo que haya estado en su palco, no pudo evitar escuchar los insultos de muchos hinchas. El climax llegó cuando los azules ubicados en Rapa Nui le dedicaron el clásico «ole ole, ole ole, esa es la hinchada, de Pinochet».
Guerra de camotes
Cuando transcurría el segundo tiempo se desato la batalla. Un puñado de albos lanzaba «camotes» al lado de carabineros, a quienes ni se les movía la pluma. Por su parte los hinchas azules respondían desde Magallanes.
Ay José
El caporal de Estadio Seguro estuvo muy tranquilo, eso al menos hasta que salieran los equipos a la cancha. La salida de los albos dejó en claro que una infinidad de elementos prohibidos fueron escondidos en el reducto. Los azules no se quedaron atrás y se las ingeniaron para entrar humos de colores. La conclusión es una sola, fracaso total de Estadio Seguro.