Universidad de Chile se alejó aún más del título pero de la peor manera que pudo suceder, cayendo ante el archi rival de manera agónica, en el último minuto en un partido que la U pudo haber ganado y que, como muchos, pienso que se perdió desde el banco. Nuevamente los azules caen en Pedreros y los albos salvan el año ganándole a la U, como ha sido la tónica en los últimos tiempos.
Era un partido aparte. Ni título, ni final, ni nada de eso pero era un clásico y había que ganarlo, sabiendo, además, que la U mantenía chances de aspirar al campeonato, aunque sea matemáticamente, si ganaba hoy en el Monumental, sin embargo no fue así.
Y la pesadilla comenzó temprano. Recién el reloj marcaba 9 minutos cuando Pavez venció a Marín por primera vez. Estallaba el estadio y se veía venir algo malo. La U seguía jugando mal, entregándole el medio campo al local y con imprecisiones obvias en todas las líneas, con un Lichnovsky nervioso y una defensa que hacía agua.
Pero una luz de esperanza surgió cuando el juez del partido decretó un penal, quizás discutible, para los azules. Aránguiz, con la entereza de siempre, tomó el balón y dejó el empate parcial 1-1 a los 39 minutos.
De ahí en más los pocos minutos que quedaban fueron para la U que no pudo llegar con profundidad.
El segundo tiempo comenzó, nuevamente, muy mal. Ya había salido Ubilla (cambio errado) por Martínez, luego del 1-0 y no se veía un claro volumen ofensivo. A los 51’ Delgado aprovechó un pase entre líneas y batió a un apurado Marín que salió a achicar. 2-1 y todo de nuevo.
Ingresó Ramón Fernández a los 70 y a los 72 minutos conectó un impecable tiro libre que dejaba las cosas empatadas 2 a 2 con tiempo por jugar y con una U que se veía en busca del triunfo, aunque se mantenían las imprecisiones, principalmente de Rubio y Lorenzetti.
Y los azules pudieron. Claro, cuando quedaban 8 minutos para el fin del partido Cereceda ingresó por la banda izquierda y tuvo el gol en sus pies, sin embargo el balón rebotó en Villar y luego el mismo “eléctrico” se apuró al tratar de rematar y no tocar al costado.
Lamentablemente se vendría el desastre. Nuevamente los jugadores azules pierden el balón en una torpeza (tal como en los goles anteriores), otro pase entre líneas y Felipe Flores vence, nuevamente, la apurada salida de Marín. 3-2 en el minuto 90 y nada más que hacer.
Tras un centro de Fernández que nadie conectó el árbitro Osorio dio el pitazo final y los tres puntos se quedaron en Macul.
La U entregó muchas facilidades a los albos para ganar el duelo y los cambios fueron imprecisos e inesperados. Nuevamente se pierde un clásico en la casa del archi rival y nuevamente eso nos deja sin aspiraciones al título.
Dos clásicos perdidos y ojo: perdidos, no ganados por el rival de turno. será momento de empezar a pensar en el próximo año con todo lo que eso significa. no lo sé, solamente sabemos que la liguilla de copa libertadores es la única meta que queda.