Los dirigidos por Jorge Sampaoli volvieron a mostrar el nivel al que nos tenían acostumbrados y en semifinales goleó por 4-0 a un conjunto albo que jamás fue oposición ante el poderío azul que contó, nuevamente, con la figura excluyente de Junior Fernándes. Ahora la Gloriosa jugará la gran final del Apertura ante O’higgins. Escrito por: Javier Sánchez
No era una tarea fácil la Gloriosa Universidad de Chile. En la semifinal de ida, Colo Colo sacó una respetable ventaja imponiéndose por 2-0; aún quedaba el recuerdo de la dolorosa eliminación de Copa Libertadores en mano de Boca Juniors y; contaba con bajas importantes por lesión –Albert Acevedo, Gustavo Lorenzetti y Osvaldo González-. Con eso en contra, los azules debían resarcirse y curar las heridas. Sin embargo, como se sabe, para el León no existen imposibles y hoy no fue excepción: derrotó sin apelación por 4-0 a los albos en el Estadio Nacional y se instaló en la gran final del Campeonato de Apertura.
En el primer tiempo, el león marcó diferencias desde un principio. A pesar de haber entrado con algo de nerviosismo –hubo un tiro en el palo de Rabello recién iniciado el encuentro-, los dirigidos por Jorge Sampaoli supieron tomarle la mano al cotejo. Era fundamental abrir la cuenta en los primeros minutos para que Colo Colo saliera y encontrar más espacios e ir en busca de los anhelados goles, tan esquivos en los últimos partidos.
Y así fue: Paulo Magalhaes lanzó un centro que llegó a la entrada del área que encontró a Charles Aránguiz quien se la bajó con el pecho a Angelo Henriquez quien resolvió en el minuto siete con un derechazo cruzado rasante que dejó sin opción a Renny Vega.
El segundo no tardó mucho en llegar. En el ’20 Marcelo Díaz sirvió un córner desde el sector derecho que encontró la cabeza de Junior Fernándes quien ganó en el brinco ante una pésima salida de Vega.
Aunque el 2-0 aseguraba la clasificación, había que liquidar el cotejo en el complemento. Los albos contaron con algunas ocasiones, pero la siempre buena actuación de Herrera en el arco. Junior, que no había andado bien en los últimos partidos, respondió como se espera de él. Marcó el tercero en el ’82 con una excelente definición de derecha al palo más lejano de Vega. Y puso la lápida a los 89’ tras una jugada preparada de Díaz que encontró solo a Fernández en el área chica y con una potente volea dejó sin opción al arquero albo.
Los azules mostraron otra cara ante un Colo Colo que jamás fue una clara oposición. Volvió a ser ese equipo sólido en lo colectivo y con figuras individuales que pueden ganar partidos. Volvió el equipo que propone y sale a ganar en todos lados. Volvió, con todas sus luces, el mejor equipo de Chile.
Sin chances en la Copa Libertadores, a la U sólo le queda luchar por el tricampeonato y así se lo juramentó el plantel. En la final tendrá en frente O’higgins de Rancagua, segundo en la tabla regular detrás de la Gloriosa.