En los mundiales de 1962 y 1998 el Romántico Viajero ha sido el equipo que más ha aportado al cuadro nacional, dejando huella en la historia del fútbol criollo. Además si sumamos que sus principales figuras nacen y se crean futbolísticamente en el ceno azul, estamos frente una mezcla de temer. A pocas horas que la Selección Chilena emprenda viaje a La Paz, Bolivia, desde Calama, hay una situación que es comentario obligado en todo el círculo futbolístico nacional, ya sea profesional (periodismo o relacionado con medios masivos) o en el ámbito cotidiano (bares, universidades, oficinas, etc).
Esta condición se refiere a la cantidad de jugadores que componen el actual plantel de la Roja. Seis es el número que aporta la U al plantel dirigido por Claudio Borghi. Pero este escenario no es nuevo. En los campeonatos mundiales de 1962 y 1998 el León terminó siendo la base de esas recordadas selecciones.
En la primera Chile era el organizador y debía cumplir una buena o meritoria actuación, por lo menos así se lo planteaban organizadores y el plantel. Por esos años el Ballet Azul deleitaba al país con su forma de jugar y por eso no extrañó que el equipo de Fernando Riera se asentara en los azules. Finalmente en los anales del fútbol quedó registrado que los del “fin del mundo” fueron terceros tras vencer a Yugoslavia uno a cero en el novel Estadio Nacional.
Luis Eyzaguirre, Sergio navarro, Carlos Contreras, Jaime Ramírez, Manuel Astorga, Braulio Musso, Carlos Campos y Leonel Sánchez fueron los jugadores con los que aportó el Cuadro Mágico, lo que a la postre ha sido el mayor logró futbolístico que ha tenido el país.
En ese mundial la figura fue Garrincha. Pero hubo un chileno que estuvo peleando por ese galardón. Ese fue nuestro Leonel. Como se dice en la jerga cotidiana, “las hizo todas”. Le pegó un recordado combo a un italiano llamado David, gracias a un extraordinario gol de tiro libre que le encajó a la extinta Unión Soviética, el desaparecido Julio Martínez acuño la frase “justicia divina”, luego que le cometieran un penal y el árbitro cobrara solo tiro libre y por si fuera poco fue uno de los cuatro goleadores del certamen. Ídolo.
En el Mundial de 1998 a disputarse en Francia, había una gran expectación, ya que la selección volvía a disputar unas clasificatorias, tras ser suspendido por el “Maracanazo”. Dos años atrás el Romántico Viajero había cumplido una actuación memorable en la Copa Libertadores. Se había instalado en la semifinal del torneo de clubes y enfrentaba a River Plate. El desenlace ya es conocido empate a un tanto en Santiago y en Buenos Aires triunfo de los Millonarios por la cuenta mínima.
Del plantel dirigido por Miguel Ángel Ruso, Nelson Acosta ocupó a siete piezas. Terminando cuarto en el “todos contra todos” sudamericano y décimo sexto en la cita planetaria. Los nombres de Cristián Castañeda, Ronald fuentes, Clarence Acuña, Mauricio aros, Luis Musrri, Rodrigo Barrera y Marcelo Salas, fueron integrantes del plantel nacional que por primera vez superaba la etapa de grupos en un mundial fuera de Chile.
En ese plantel fue Marcelo Salas Melinao quien brilló. Sus cuatro goles, ponían en aviso a toda Europa que un “rompe redes” proveniente de Temuco, llegaba para hacer historia en Italia. Dos frente a Italia, uno a Austria y otro a Brasil marcarían el inicio de la brillante carrera del Matador en Europa.
En estas clasificatorias para el Mundial Brasil 2014 se vuelve a repetir esta situación. Seis seleccionados Azules están en la nómina del Bichi.
Osvaldo González, José Rojas, Charles Aránguiz, Junior Fernandes, Marcelo Díaz y Eugenio Mena fueron citado por el argentino – chileno, para disputar estos partidos en Bolivia y Venezuela. Si a estos seis nombres le agregamos Marcos González y Eduardo Vargas estaríamos, casi al frente del equipo que ganó la Copa Sudamericana en el 2011.
Coincidencias, cosas del destino, combinaciones exitosas, etc, a ojos de la historia deportiva, los Laicos siempre que han sido los pilares de la selecciones chilenas, han dado que hablar en la arena internacional.
En su tiempo fueron Don Leonel y el Matador las figuras de estos planteles, por eso no sería raro que ahora un Azul deje con letras mayúsculas su nombre en la historia del fútbol criollo y sea la figura en la era Borghi.