Los azules no pierden de local desde la derrota sufrida en el 2010 en la era Pelusso frente a Chivas de Guadalajara, que los dejó fuera del sueño de alcanzar la final de la Libertadores. Esta vez van con todo para conseguirla, y ganarla. La Escuadra de Jorge Sampaoli enfrenta a Libertad con un aire de confianza, traído por el trabajado empate conseguido en Asunción que los sitúa con la primera opción para instalarse en semifinales de la Libertadores. Pero a su vez, también tienen un elemento agregado: como locales, la U está más fuerte que nunca.
Que la campaña internacional del año pasado, que lo consagró campeón de la Copa Sudamericana, fue todo un éxito no hay dudas. Todos los hinchas los celebraron, y la prensa, como también los entendidos en el fútbol del orbe, halagó.
La U en esa ocasión jugó 12 partidos, donde empató sólo dos y resto los ganó todos. Mostró un juego sólido; un espectáculo admirable. Además, salir invicto es algo poco común tanto en América, como en el mundo. Desde ahí el hambre de victorias y títulos se hizo latente en la Universidad de Chile.
Con esa vara alta como escenario, este jueves la U se juega su paso a la semifinal de la Copa Santander Libertadores, en el Estadio Nacional frente a los paraguayos de Libertad. Buscando similitudes entre campañas, la situación que pone la tranquilidad entre los hinchas es que los azules se alzan con buenos resultados en casa. Un plus significativo, tomando en cuenta la exigencia del torneo y el nivel de los equipos que lo disputan.
En esta versión de la copa más importante de América, los azules cosechan un poderío absoluto en los cuatro encuentros que jugó en territorio chileno. Y en dos de estas ocasiones goleó: a Godoy Gruz 5 – 1 por fase de grupos y a Deportivo Quito 6 – 0 por octavos de final (el partido histórico). En los partidos restantes en calidad de local, los dirigidos por Jorge Luis Sampaoli han mostrado garra e ímpetu para sacar adelante marcadores, como el recordado triunfo en la agonía ante Peñarol de Uruguay, que dejó a los charrúas eliminados de la copa; como la batalla campal con Atlético Nacional por el liderato del grupo 8, del cual la U salió victorioso. En resumidas cuentas, en cada cotejo la escuadra de Sampaoli mostró un juego más fuerte en casa.
La U quiere seguir ampliando sus victorias como local en el plano internacional que ya suman casi dos años. Esperemos que lo siga realizando, y que aquellas victorias sigan cosechando éxitos a este plantel que se adentra con todo en la historia del fútbol chileno.