El rosarino confiesa que aún no ha alcanzado la regularidad que le gustaría en la escuadra de Sampaoli, que sabe que la Universidad de Concepción desea «hacer caja» con su transferencia y cree que su esposa pronto instalará una gigantografía suya en la casa. Gustavo Lorenzetti le preocupa más que a otros el apretado calendario de partidos de la U y los últimos cambios que ha sufrido. Su esposa, Cecilia, dará a luz a fines de mes al primogénito «que se llamará Santiago, porque nacerá en Santiago y porque es un nombre que nos gusta».
Su hijo está por nacer y el rosarino tiene que avisar a sus parientes para que vengan. Le preocupa que el bebé aparezca con el padre de viaje. «Cecilia ya dice que pronto instalará una gigantografía, uno de esos retratos de tamaño natural, para no sentirse tan sola», bromea el trasandino.
Han pasado sólo dos horas desde que su zurdazo permitió el empate de la U en Asunción y Lorenzetti aún no llama a Cecilia. Está sentado en el lobby del hotel paraguayo repasando pasado, presente y quizás, su futuro en la U.
«El pitazo final fue de alivio. Ellos se venían con todo, habíamos quedado con uno menos, pero conseguimos no perder anotando un gol de visita al que considero el mejor equipo en defensa de la Copa. Sabemos que los 90 minutos que quedan serán más difíciles. Libertad es un rival que juega a no dejarte jugar, bien paradito con sus volantes de contención y que sale rápido de contragolpe. Es difícil hacer fútbol con un equipo tan defensivo. Esa es una de las metas para la vuelta», cree.
-¿Da igual no haber sido la máquina azul de hace una semana?
«En este momento da lo mismo. Todos queremos jugar siempre como ante Quito, pero no siempre se podrá ganar 3-0. Si me preguntás qué preferís, si jugar bien y perder a jugar no tan bien y no perder, prefiero rescatar un empate. Y la revancha será muy complicada, porque no creo que Libertad cambie el libreto. Esperar y salir de contra. Y nosotros tampoco lo vamos a cambiar. No fue la mejor versión nuestra, pero de seguro corregiremos en el Nacional».
-Usted lleva menos de un año en la U y, siendo volante creativo, ha jugado en tres posiciones. Ha sido diez, once, nueve retrasado. Pero, ¿se siente el «10» de la U?
«No, así como diez, no me siento el diez de la U. Ahora, tampoco el once. Si a mí me preguntan, me siento uno más del plantel».
-Sí, pero Herrera es arquero, Rojas es central, ¿qué es Lorenzetti?
«Si vos me decías antes, te digo de diez, pero también he mejorado en esa faceta. Me siento importante cuando juego y cuando no juego. He sido ’11’, ‘9’, ’10’, nueve retrasado o mentiroso. Hay partidos en que soy ’10’, como contra Colo Colo. O como contra Godoy Cruz en la Copa que anduve muy bien. Contra Libertad partí de nueve mentiroso y terminé de once. Si me preguntás ahora, prefiero ser el nueve retrasado. Como once tengo la línea a mis espaldas y eso me cuesta, aunque hago una buena sociedad con el ‘Chueco’ (Mena). Como nueve mentiroso me gusta porque con el mediocampo que tiene la U se puede recibir muy bien a espaldas de los contenciones. Tanto Charles (Aránguiz) como Marcelo (Díaz) suelen filtrar esos pases».
-El problema es que aún no se puede decir que sea un insustituible, ¿o sí?
«Tengo que tratar de mantener la regularidad. Y cuesta. Yo tuve la suerte de adaptarme bien el año pasado en el comienzo, jugué mucho de entrada, hice goles, fui parte de la campaña de la Sudamericana, luego por decisión técnica salí contra Vasco, entré contra Liga. Este año ha sido parecido».
-Es irregular. Como de altos y bajos.
«Es complicado, pero voy en camino a ser más regular, me siento bien, con confianza. Ser insustituible sería lindo, pero no me quiero apresurar, estoy viviendo el día a día para jugar lo más que se pueda».
-¿Le ha costado mucho lidiar con el recuerdo de Walter Montillo?
«Sabía que sería así. Walter es un tremendo jugador, pero tenemos características muy distintas, y el equipo en el que jugaba él es muy distinto a cómo juega este equipo».
-Es extraño que, admitiendo que le cuesta mantener la regularidad, puedas partir. Lo lógico sería consagrarse como titular antes.
«Estoy hace poco y en seis meses gané dos campeonatos. Se habla de equipos brasileños, pero nadie me ha dicho nada. Además habría que analizar muchas cosas. Estoy a un mes de ser papá. Si llega la oferta la analizaré, pero estoy a gusto en la U, me siento respaldado».
-La U de Conce quiere venderlo luego.
«Yo sé que la U de Conce quiere hacer negocio, hacer caja con su porcentaje. Pero es el jugador el que termina decidiendo».
-¿Siente que convenció a Sampaoli al final? Su llegada a la U era más un deseo dirigencial que una petición del DT.
«Cuando yo llegué me tenía mucha confianza para revertir todo. Cuando firmé en la U, cuando un club como éste te contrata, siempre lo hace con la venia del entrenador. A mí me dijo el día que firmé que confiaba en mí. A lo mejor no era de sus prioridades, pero con la confianza que me tuve y que me dieron lo pude revertir».
Fuente: El Mercurio