El atacante jura que no quiso agredir al jugador de Libertad. «Anoche (el miércoles) no tenía ganas de jugar más. Me quería morir», cuenta. Emilio Hernández está destrozado. En menos de dos semanas fue expulsado dos veces y su desazón contrasta con la alegría de sus compañeros por el 1-1 ante Libertad.
Hasta trató de convencer al árbitro uruguayo Darío Ubriaco que reconsiderara su situación porque, casi le juró, no trató de dañar al rival.
«Desde mi expulsión (N. de la R: en el minuto 89) no he podido dejar de pensar en esa jugada. No tuve mala intención. Esto me tiene muy mal. Anoche (el miércoles) no tenía ganas de jugar más. Me quería morir y enterrar tras la expulsión», confiesa.
-Esta es su segunda tarjeta roja consecutiva.
«Ante U. de Conce me equivoqué, pero esta vez fue una jugada circunstancial. Jamás se me habría pasado por la mente dejar al equipo con un hombre menos y en un partido tan importante».
-¿Está pasando por algún problema personal?
«Te juro que no. Lo único que quiero es jugar. En la U no es fácil, por la calidad de los jugadores, y justo cuando me dan la oportunidad me sucede eso».
-A usted le ha costado volver a jugar en la U.
«Sí, pero insisto que no fue con mala intención. Quizás la ansiedad me puede estar pasando la cuenta».
-¿Y por qué tanta ansiedad?
«Piensa que llegué a la U y de inmediato sufrí una lesión que me tuvo al margen varias fechas. Jugué unos minutos con Cobreloa, pero no estaba a punto. Después, con Peñarol y Colo Colo anduve bien. Ahora me pasa esto. La verdad, estoy destrozado».
-¿No cree que Jorge Sampaoli le puede pasar la cuenta por estas situaciones?
«Espero que no. Yo soy el primero en reconocer mis errores, pero lo de Paraguay fue algo fortuito. Lo que más me da rabia es que el profe me estaba dando confianza».
-¿Conversará con su entrenador?
«Eso quiero y espero que me comprenda. Obviamente que uno tiene que hacer su mea culpa. Me trajeron para ser un aporte y espero poder dejar atrás esta mala racha».
-Todo indica que va a estar complicado que vuelva a jugar muy luego.
«Tengo el ánimo por el suelo y una tremenda bronca por todo esto. Pero tengo que ser fuerte y superar este mal momento».
Fuente: El Mercurio