Un cuarto de hora antes que la delegación azul abordara el bus para dirigirse al estadio Mineirao, el timonel Federico Valdés llegó al hotel de concentración en Belo Horizonte.
El titular laico viajó para "apoyar al equipo", pero principalmente para reunirse con el DT Sergio Markarián tras las inesperadas declaraciones en las que el DT reconoció sentirse desencantado en la U.
Las razones fueron expuestas en la víspera del duelo en Brasil y ayer se agudizaron cuando trascendió la "indignación" del DT por la filtración de los eventuales refuerzos que pretende incorporar para el segundo semestre -se habló de Gustavo Lorenzetti, Esteban Paredes, Cristián Bogado, Julio César Lafattigue y Luis Pedro Figueroa, entre otros-, pues en opinión de Markarián, esos apellidos sólo pudieron emanar desde la comisión de fútbol del club.
Eso, y otros "detalles" como las "deprimentes" condiciones del Caracol Azul, los roces con la barra, los insultos en su contra y algunos líos administrativos explican la incomodidad del estratega.
Tras el partido de anoche, Valdés llenó de elogios a Markarián: "El nivel de cultura táctica, concentración y confianza de este plantel no es el mismo que hace tres meses. Esto nos hace pensar con optimismo. Quedó claro que nos podemos parar frente a cualquier equipo. Desde ese punto de vista, la misión en la Copa está cumplida".
Valdés reiteró que el DT "seguirá dirigiendo a la U hasta diciembre y quizás un poco más. No veo complicaciones en el futuro… quizás sea muy optimista", confesó.
Y siguió: "En la U el proceso de contratación de jugadores ha incluido siempre al técnico como una opinión principal. Si es necesario reforzar al equipo, veremos qué se puede hacer".
Markarián, en tanto, no volvió a hablar de sus preocupaciones y se limitó al partido con Cruzeiro: "No es una deshonra perder con un equipo de esta jerarquía (…) Hay que aceptarlo, estamos afuera, pero fue una buena experiencia y el club ahora tendrá que intentar ganar una plaza en la Copa Sudamericana para seguir en el nivel internacional"