El resignado técnico de la U reconoció que la victoria de Cruzeiro fue justa. "No es una deshonra haber perdido contra un equipo de tremenda categoría como Cruzeiro", afirmó.
"Hay que aceptarlo, estamos afuera, es una buena experiencia para el futuro", lanzó el técnico Sergio Markarián cuando la eliminación de Universidad de Chile en Copa Libertadores a manos de Cruzeiro estaba consumada.
Conforme y resignado, el uruguayó comentó tras la caída en Belo Horizonte que "desde el punto de vista físico y técnico ellos son superiores, hay que admitirlo, el tema era controlarlos y jugarnos la ropa como nos la jugamos en el segundo tiempo con los cambios".
"Tuvimos diez o quince minutos en que pudimos haber golpeado la puerta y haber hecho algún gol. Después progresivamente empezaron a controlar el partido y arribaron a una victoria que es justa, lo tenemos que aceptar. Es un rival poderoso. Tampoco es una deshonra haber perdido contra un equipo de tremenda categoría como es Cruzeiro", añadió.
Markarián de hecho afirmó que "tanto Gremio como Cruzeiro son los mejores equipos de esta Copa. Nos tocó perder con los mejores y hay que aceptarlo. Es parte de este proceso de crecimiento que la U se propone".
El técnico estudiantil explicó que tenía planeado hacer tres cambios en el inicio del segundo tiempo, pero las numerosas amonestaciones lo hicieron retrasar el ingreso de Manuel Villalobos. Aun así, valoró que en el arranque del complemento, "cuando apareció el buen juego nuestro, aparecieron algunas insolvencias de ellos, pero son equipos fuertes que se reaniman y tienen jugadores que hacen diferencias".
"Marcamos bien, cerramos los caminos, pero nos faltó presencia de área (…) La idea era aguantar el partido y después salir a quemar las naves como lo hicimos con un delantero más", reconoció el DT.
Pese al resultado, Markarián afirmó que sus dirigidos "han crecido mucho" y dijo sentirse "muy feliz, le doy gracias a Dios por haber tenido un grupo de jugadores que se brindaron por completo. Quedó demostrado que si no pudieron fue no porque faltaran ganas o espíritu, sino que el físico no daba más".