Osvaldo González: «Esta será la semana más difícil del año para la U»

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El zaguero azul asegura que un triunfo ante Gremio los deja con un pie en la tercera fase de la Libertadores y quiere venganza de la derrota del semestre pasado ante los albos.
No lo estaba pasando bien Osvaldo González en 2004. En la Universidad de Concepción nadie parecía quererlo mucho y, al cumplir los 18 años, había quedado dando vueltas. Hasta que un amigo se lo presentó a Nelson Cossio, por entonces el DT de Naval. "Fui a conversar con él, con ropa de calle. Y me dijo que me haría una prueba de inmediato. Le expliqué que no llevaba equipo y me dijo que entonces perdería mi oportunidad. ‘Puedo jugar así nomás’, le dije. Y jugué con ropa de calle nomás. Quedé al tiro", cuenta el hoy defensa central de la U.

Así empezó su carrera profesional. Jugó todo ese año en la B y en 2005 ya tenía un cupo en la U penquista. "Cuando era chico soñaba con jugar como profesional. Ya en la U de Conce me empecé a poner metas más altas, como estar en un equipo grande. Ahora que estoy acá (en la U), me gustaría jugar afuera algún día, en España. Ojalá que se dé", comenta.

-Era porfiado, porque la primera vez que se probó en un equipo no quedó…

"Sí, esa vez fuimos con mi hermano mellizo a la U de Conce. Él quedó y a mí no me pescaron. Me encontraron muy flaco. Al otro año fui de nuevo y llegué más grande y estaba mejor para la pelota. Ahí me dejaron. Jugaba de puntero derecho. Mi hermano no siguió, no le gustaba. No digo que soy bueno, pero por las ganas te dejaban en el fútbol".

-¿Fueron tiempos difíciles?

"Era complicado, porque como mi mamá y mi papá trabajaban, quedábamos solos. No había tiempo para hacernos la comida. A veces nosotros mismos la hacíamos, y otros la dejaba lista ella en la noche. Vivíamos con lo justo, más que nada. Sacaban de cualquier lado para darme plata para ir a entrenar".

-¿Le costó mucho el cambio de Concepción a Santiago?

"Sí, la vida me cambió bastante. Todavía no me acostumbro totalmente. Me cuesta mucho estar lejos de la familia y estar solo acá con mi señora y con mi hijo. Sé que puedo dar mucho más aún. Me falta estar bien, es algo psicológico más que nada. Allá tenía el apoyo de mi familia y acá estoy solo. Estaba a cinco minutos de la casa de mis viejos. Cuando me dan dos días libres puedo ir a Concepción. Acá, por ejemplo, de primera me perdía en las calles y de repente me metía contra el tránsito. Eso de que las calles cambian de dirección, o que cambien de nombre, me ha complicado. No es como en Conce, que es más chico todo y más fácil".

-¿Eso es lo que más echa de menos?

"Y los mariscos, jaja. Tengo un tío que es pescador artesanal y tiene amigos mariscadores en Cocholgüe (N. de la R.: una caleta cerca de Dichato). Está todo a la mano ahí. Cuando voy a Conce, si no hay mariscos donde mi tío, voy al puerto de San Vicente. Los piures es lo que más me gusta. Me encantan. Me los como ahí mismo. Los partimos, limón y para adentro. El piure es lo mejor que hay. También el mariscal".

-¿Les ha costado mucho adaptarse a las ideas de Sergio Markarián?

"Gracias a Dios me pude adaptar muy rápido al esquema. Estoy bastante contento. En la Universidad de Concepción jugamos todo el año con línea de tres en el fondo y llegamos a la final así, y siempre yo por la derecha. Me acomoda. Creo que es la posición que manejo mejor y en la selección también he desempeñado esa función".

-O sea, se siente cómodo jugando así…

"El profe cuando llegó nos propuso jugar con línea de tres y fue aceptado. El Pepe (José Rojas) jugaba de lateral, yo igual manejaba esa posición y se nos hizo más fácil, porque a él le gustan los stoppers que salgan a las orillas a cubrir a los volantes, salir a apretar. Y lo hemos hecho muy bien. Por suerte mi juego se basa en eso y la potencia. Con los volantes de contención, además, nos hemos adaptado bien, eso es lo importante. Marco Estrada, "Colocho" Iturra, Felipe Seymour. Es fácil jugar con ellos, uno les habla y hacen caso al tiro".

-¿Esta es la semana más importante del año para ustedes?

"Es una semana clave para nosotros. Es la más difícil. Nos jugamos la clasificación a la segunda etapa de la Libertadores con Gremio. Ganando estaremos con un pie adentro. Y el clásico, todos queremos ganarlo. Me tocó jugar uno y lo perdí, quiero la revancha. Es motivante jugar esos partidos. Uno da el máximo y es ahí donde se ven los jugadores de verdad. Fue nuevo para mí y te queda grabado para siempre".

La voz del hincha

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