Mientras los ojos del mundo se enfocaban en el lejano Oriente, miles de kilómetros más al Pacífico me encontraba revisando la tabla de posiciones del Clausura: Universidad de Chile, a la cabeza con veinte puntos; Colo Colo, cuarto con diecisiete unidades. Hasta ahí todo bien. Luego, hice memoria y recordé a Fernando Solabarrieta afirmando que “…los Albos tienen el mejor plantel de
Chile, por lejos…” o a Chilevisión reporteando “…lo mal que se reforzó la ‘U’ de cara al segundo semestre…”. Meses después de tales comentarios, ¿dónde están los “Cuatro Fantásticos” y esa “disparidad” con el equipo laico?
Vamos por partes.
El torneo de Apertura desfavoreció a las dos instituciones más representativas de nuestro balompié.
Los Azules, luego de invertir millones en reforzar la escuadra, decepcionaron al no clasificar a la Copa Sudamericana y fallar en la búsqueda de la decimotercera estrella.
El Cacique, más pendiente de la Copa Libertadores (donde fracasó de manera rotunda), también flaqueó en la fase regular, aunque llegó a la final con Everton. Luego todos conocemos la historia…
Las penas fueron equitativas para los hinchas en Pedrero y Ñuñoa.
Llegaba la hora de sacar el lápiz y la chequera, y Colo Colo no reparó en gastos.
Con el arribo de Macnelly Torres, el fichaje de Daúd Gazale y Luis Pedro Figueroa, más los regresos de Juan Lorca y Rodrigo Millar, el medio se volcó a consagrar antes de tiempo (cuándo no…) a los blancos como vencedores del Clausura. Incluso, presentaron a sus nuevos baluartes en cancha, a lo “europeo”…
En el Caracol, los rumores de déficit asomaban con fuerza. Mantener el plantel intacto era lo más sensato.
Las firmas de Osvaldo González y Cristián Milla, más las vueltas a casa de Nelson Pinto y Sebastián Pardo, parecían “poco” para largar codo a codo la carrera con los Albos.
Volvamos al presente.
Ya con nueve fechas en el olvido, la estadística demuestra todo lo contrario a lo “prometido” por los especialistas.
La “U” se encamina a lograr el Chile 3 y su primer pasaje a Copa Libertadores desde 2005; Colo Colo, con su millonaria oncena, apenas logró encontrar técnico esta semana: Marcelo Barticciotto (Ya van seis ex jugadores desde 2002 en sentarse en la banca del Monumental).
¿Por qué ese “afán” de coronar a un rey antes del inicio de la batalla?
Sinceridad manifiesta, es más esperable esto por parte del hincha más acérrimo, pero no de un periodista, quien gasta años sentado en un pupitre universitario para hacerse cargo de la opinión pública (responsabilidad NO menor…).
Por un lado, esto demuestra la teoría de que en el fútbol no sólo valen los nombres, sino también los hombres.
Por otro, Macnelly no tiene la culpa del calvario Albo en esta primavera. Fue muy acertado un comentario (reconozco mi ignorancia sobre quién lo emitió), el cual
decía: “Macnelly no tiene la culpa del precio que le ponen”.
Pongo las cosas en perspectiva: Jorge Valdivia, el mejor jugador chileno en el extranjero, “apenas” firmó por doce millones de dólares con el Al-Ain de Emiratos Árabes Unidos; Ever Banega, campeón mundial con Argentina en Canadá, pasó de Boca Juniors al Valencia por veintiséis millones de la divisa estadounidense. Su actuar es irregular en el conjunto Che.
¿La cantidad de ceros en el contrato reflejan el desempeño real del jugador?
El mundo futbolero vive una inflación en cuanto a precios. Cada vez un jugador cuesta más y más, aunque su desempeño no valga los billetes depositados en él.
En resumen, es elocuente (por lo menos hasta ahora) la impericia del dinero a la hora de usarse como “bola de cristal” para predecir el futuro. Los análisis futbolísticos auguraban un Colo Colo “arrollador”, y una “U” “debilitada”. Ahora, observamos día a día cómo la tortilla se dio vuelta. De la noche a la mañana (según las noticias) los Azules tienen un gran plantel, con varios jugadores por puesto y una competencia ardua (la cual ya cobró sus primeras víctimas, como Manuel Iturra en banca y Marcelo Díaz fuera de las convocatorias), mientras en la vereda del frente se demuestra inestabilidad e incertidumbre en el mando.
¿Qué cree usted, es una cosa o la otra?