Nicolás Maquiavelo solía decir que “La mejor fortaleza de un gobernante es el afecto de los pueblos”. Bueno, parafraseando al secretario florentino, diremos “La mejor fortaleza de un gobernante no es sólo ganarse el afecto del pueblo, sino también mantenerlos felices y distraídos”. Y cuál mayor distracción hay en el mundo que el deporte. Y en la antesala de los Juegos Olímpicos de Beijing, es
necesario explicitar la relación directa entre la política y la actividad deportiva.
Muchos han sido, a través de la historia, los mandatarios y dictadores que han usado las Olimpiadas y el fútbol como sus “caballitos de batalla”.
Uno de los primeros fue Benito Mussolini.
La Italia bajo el dominio Fascista organizó el segundo Campeonato Mundial de Fútbol, en 1934. “Il Duce”, desde las tribunas, recibía en cada partido la reverencia del seleccionado “azurro”. Este certamen, junto al de Argentina ´78, fue, es y será uno de los más controversiales de la historia, debido a la intervención del partido Nacional Fascista, el cual dejó la mesa servida para que la “nazionale” levantara la copa Jules Rimet “en nombre de la patria”.
Si esto les pareció extravagante, lo sucedido en la siguiente cita fue aún peor:
En Francia ´38, previo a la final ante Hungría, los jugadores italianos recibieron un telegrama de Mussolini con el siguiente mensaje: “ganar o morir”.
¿Qué pasó?
Italia se consagró bicampeón del orbe, tras derrotar a los húngaros por cuatro goles a dos.
El asedio ultraderechista continuó en un ambiente de constante conflicto, el cual desencadenaría la Segunda Guerra Mundial, en 1939.
La Alemania Nazi, con la elección de Hitler como canciller en 1933, estaba lista para mostrarle al mundo la superioridad de la raza aria. Los JJ.OO. de 1936, celebrados en Berlín, la capital del III “Reich”, fueron el argumento perfecto para el “Führer”, quien deseaba expandir la doctrina del Nazismo a todos los rincones de la tierra.
En teoría, todo estaba preparado para la consagración germana……pero el “guía” no contaba con el “insolente” James Cleveland Owens.
El estadounidense, nieto de esclavos, asombró al mundo tras obtener medallas de oro en los 100 m, 200 m, 4×100 m y salto largo (en esta última prueba, derrotó al local Lutz Long).
Según el mito popular, ni Hitler ni Roosevelt felicitaron a “Jesse” tras su epopeya.
El III “Reich” lideró el medallero con 89 preseas, seguido de EE.UU., con 56, y la Italia Fascista de Mussolini, con 22.
Ya con el Régimen Nazi derrocado, pero con una Alemania separada por los bloques estadounidenses (federal) y soviéticos (democrática), la final del baloncesto masculino de los Juegos de Munich ´72 estaba al rojo vivo: La Urss, y EE.UU., diez años después de la Crisis de los Misiles en Cuba, se enfrentaban con realidades distintas.
Estados Unidos defendía su récord de imbatibilidad de 63-0; La Unión Soviética era desconsiderada como potencia de los canastos.
Así y todo, los norteamericanos ganaban el encuentro 50-49, con tres segundos por jugar y los europeos con un saque desde la línea de fondo. Todo ocurrió muy rápido: los soviéticos fallaron en la ofensiva, EE.UU. continuaba su hegemonía……..pero, un tiempo fuera pedido por los rojos frenó el reloj, sin que el árbitro lo notara: el partido se reanudaba con tres segundos más con jugar, nueva oportunidad para los rusos.
Esta vez, la historia se repitió pero, gracias al desajuste del cronómetro, la Urss tuvo una tercera y última oportunidad de alzarse con el oro.
Y como dicen, la tercera fue la vencida: Alexander Belov anotó el doble, la Unión Soviética sorprendió a los reyes de las volcadas y terminó con 36 años de alegrías norteamericanas.
Según Eduardo Galeano: “El fútbol es patria, el poder es el fútbol, Yo soy la patria, decían las dictaduras militares”
Esto nos lleva al inolvidable boicot de la Unión Soviética en 1973.
Como repudio al Golpe de Estado contra Salvador Allende y a las violaciones a DD.HH. en el Estadio Nacional, los soviéticos se negaron a jugar el encuentro de vuelta del repechaje clasificatorio al Mundial de Alemania ´74 contra Chile. La “roja”, ante un arco desguarnecido, anotó varios goles, en un partido llamado “una de las peores vergüenzas del balompié mundial”.
Luego, nuestra selección se despidió en primera ronda…….
Quedándonos en el Régimen Militar, Augusto Pinochet usó la Copa Chile (La “U” fue su último ganador en 2000) para alejar y distraer a la gente de las marchas y protestas contra su gobierno. TVN, medio predilecto de censura y difusión del mandato marcial, transmitió encuentros de manera permanente, en horarios estratégicamente planificados para coincidir con las manifestaciones.
Este año, el evento fue re lanzado por Harold Mayne-Nicholls.
Y para los hinchas azules más acérrimos, cómo olvidarnos de “Don” Ambrosio Rodríguez.
El ex abogado de Pinochet, quien también intervino la Escuela de Periodismo de la Universidad, fue impuesto por los militares en la presidencia de la “U” en 1982. Rodríguez, junto a Rolando “robando” Molina, endeudaron al cuadro laico y al fútbol chileno, siendo arquitectos de la “deuda histórica”, la cual aún no es finiquitada.
Lo más recordado será el proyecto del “Estadio José Miguel Carrera”, el cual, por impago de impuestos, fue requisado en el puerto de Iquique tras su importación desde Brasil.
Cabe señalar también el mito reinante entre los seguidores azules (del cual desconozco su veracidad): Pinochet presidente honorario de Colo Colo.
Se sabe que el Gobierno Militar intentó intervenir al cuadro albo, en los años previos al triunfo del “no” en 1988.
Si alguien pudiera explicar este mito, o anexar algún link sobre el mismo, se lo agradeceremos
Volviendo a los Olímpicos, inolvidables (y vergonzosos) serán los boicots a los juegos de 1980 y ´88.
El primero, celebrado en Moscú, contó con el rechazó de EE.UU., quien, junto a algunos aliados, se negó a asistir a la cita rusa en repudio a la invasión soviética en Afganistán. Sólo 81 países desfilaron en la ceremonia inaugural en el Estadio Lenin.
Los locales, con 195 oros, lideraron el medallero.
Cuatro años más tarde, el “favor” fue devuelto por los rusos, en las Olimpiadas de Los Ángeles. Las naciones del Pacto de Varsovia, excepto Rumania, faltaron al torneo californiano, apelando a “falta de garantías para sus atletas”
Para variar, el local lideró el registro de medallas, con 174.
Volviendo al presente, estos antecedentes sirvieron para tambalear al Gobierno Chino, ante las protestas contra las violaciones de los Derechos Humanos en el Tibet.
China usará los Juegos de Beijing para consolidar (o al menos intentar) su progreso y desbancar a Estados Unidos (en plena crisis financiera) como la nueva potencia mundial, tras casi 100 años de dominio norteamericano.
Para aquellos que piensan que los intereses económicos son lo único sobrante en la lealtad y competencia del deporte….mejor piénsenlo bien…..
P.D.: Este artículo está dedicado a quienes creen que el deporte, y más específicamente el fútbol, es sólo veintidós jugadores corriendo tras un balón, de manera “hipnótica”……mejor piénsenlo bien……