Arturo Salah: «No hay peor insulto que a uno le digan ratón»

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El adiestrador cree que el peor momento de su equipo ya pasó y que tiene plantel y argumentos como para pelear el título y la clasificación a la Copa Libertadores.En este feliz momento de la U, le pide a la dirigencia de Azul Azul que no repita los errores del torneo anterior "cuando se crearon expectativas desmedidas que luego provocaron frustraciones".

A estas alturas de su carrera como entrenador, Arturo Salah, el jefe técnico de Universidad de Chile, intuye que cualquiera de sus frases puede provocar efectos. Por eso lanza un "no me saque de contexto cuando ponga el título de la nota", tratando de reducir cualquier posibilidad de réplica a sus reflexiones.

Más allá de eso, cuando habla, Salah dice lo que siente. Más ahora, cuando acaba de cruzar por uno de los momentos más ingratos de su dilatada carrera, debido a una serie de cuestionamientos a su forma de ver el fútbol, traducidos en un estigma que él considera "injusto y desinformado".

-Ese estigma indica que usted es un entrenador defensivo. "Ratón", según el entender de muchos…

"Lo sé. Y claro que me duele tener ese estigma. Primero, porque revela un gran desconocimiento de lo que ha sido mi trayectoria. Siempre he estado en equipos que tienen la exigencia de atacar, de ir para adelante. Mi filosofía no ha sido nunca no atacar. En segundo lugar, cómo no me va a doler que me digan así, si no hay peor insulto que a uno, como entrenador, le digan ratón".

-¿No cree que el estigma tiene alguna justificación?

"Tal vez fue por el error que cometí siendo seleccionador nacional en la Copa América 1991, cuando junto a Manuel Pellegrini, a quien también, como a mí, muchos no le han reconocido todo lo que hizo en el fútbol chileno, dimos una lucha frontal y desigual con el periodismo para establecer ciertos conceptos".

-Pero Pellegrini, básicamente por sus éxitos internacionales, ha podido dar vuelta esa impresión. En cambio usted no…

"Creo que mucho tiene que ver mi personalidad. Yo no me sé vender. No tengo el talento comunicacional como, por ejemplo, el que tiene Claudio Borghi. Yo soy muy para adentro. Soy ingeniero químicamente puro".

-¿No ha trabajado en cambiar su imagen?

"Mucha gente me ha dicho que me tengo que reír más, que tengo que dejar de lado mi ceño adusto. Pero no he hecho caso a esos consejos, porque si lo hiciera no sería yo. Para mí, más que los gestos, valen las obras".

"Soy adicto al fútbol"

-¿No le molesta que, aparte de ser defensivo, proyecte una imagen de que usted no gana muchos títulos?

"Gané seis títulos en Colo Colo…y en todos los clubes que dirigí he dejado cosas importantes. Incluso en México, cuando estuve durante tres años en Monterrey, y en la propia Universidad de Chile en mi primera etapa. Me siento un ganador".

-También da la impresión de que abusa de la autoexigencia a estas alturas de su carrera y que su sitio real está en la planificación más que en la competencia…

"Mire, soy un adicto del fútbol. Para mí esto es como una droga. Incluso me siento dueño del fútbol, porque salgo a defenderlo ante toda esa visión peyorativa que tiene la gente de esta actividad. Y para mí el fútbol es estar hoy en el camarín, en la banca. No crea que no me he cuestionado eso de cambiar de rubro, dentro del fútbol obviamente, porque no me veo haciendo otras cosas. Sin embargo, aún tengo ambiciones sentado en la banca. Ir al extranjero, por ejemplo. A Argentina específicamente, que siempre ha sido mi sueño. Aunque sé muy bien que para concretarlo tengo que hacer algo muy bueno en la U".

-¿Como ser campeón y clasificar a un torneo extranjero, como le han impuesto como meta los dirigentes de Azul Azul?

"Eso de las imposiciones son más bien interpretaciones periodísticas…".

-Pero si el propio presidente de Azul Azul, Federico Valdés, lo ha dicho públicamente.

"El tema es que, no sólo Azul Azul, sino que toda esta nueva estructura societaria recién está aprendiendo a relacionarse y a conocer la actividad futbolística. Por supuesto quiero que seamos campeones y nos clasifiquemos a la Copa Libertadores, pero eso no se puede transformar en una obligación ni menos en una obsesión. Eso se transforma en presión, como nos pasó a nosotros el torneo pasado".

-¿La presión impidió que la U peleara el título del Apertura?

"En gran parte sí. Los dirigentes se equivocaron cuando crearon expectativas desmedidas que luego provocaron frustraciones".

-Ahora puede pasar lo mismo. De hecho, le potenciaron el plantel justamente para conseguir los objetivos.

"La dirigencia de Azul Azul está compuesta de gente inteligente, que ahora debe aprender de los errores que cometió. Es cierto que vamos a luchar por ser campeones y por llegar a la Copa Libertadores, pero no podemos ponerlo como un objetivo que termine por presionar a los jugadores, como pasó en el torneo pasado".

-No conseguir esos objetivos ¿produciría su alejamiento de la banca de la U?

"Tengo contrato por dos años más, pero sé que hay una constante evaluación tanto de los dirigentes hacia a mí como de mí hacia ellos. Cuando no estemos de acuerdo en los objetivos, en la forma de conseguirlo, yo me iré. No dependerá de un resultado".

Dueño del fútbol

"Cuando digo esto, no es para parecer engreído, sino que para que quede claro lo que importa en mi vida esta actividad".

La voz del hincha

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