El equipo entraba a la cancha a ratificar lo hecho la semana pasada ante Unión, en frente estaba el colista del torneo.
Pasemos a revisar lo bueno, malo y feo de este encuentro disputado en el Estadio Nacional.
Lo bueno:
El nivel, una vez más los 11 que entraron a la cancha salieron a matar a su rival, con un vértigo que no se había visto en otras ocasiones y siempre buscando el arco contrario. Además de una solidez en la retaguardia que solo falló en el gol de Melipilla.
La goleada, siempre ganar es importante, pero hacerlo por goleada es importante y gratificante, demuestra que las cosas se están haciendo bien y le da mucha confianza al equipo para las cosas que vienen a futuro.
Montillo y el gol, habían sido enemigos durante este tiempo. En 24 partidos Walter solo había anotado 3 goles. Creándose siempre buenas ocasiones pero fallando en la puntada final. Esta vez el argentino demostró toda su categoría en velocidad con la pelota y además llego al gol, algo muy importante para su confianza a la hora de definir frente a la portería rival.
Estévez, una vez más ratifico que está pasando por un momento extraordinario y que es elemental en lo que busca este equipo. Simplemente tapo muchas bocas, incluyendo la mía.
Lo malo:
Los fantasmas, se vieron presentes una vez más en el minuto 70 del partido, la U ganaba cómodamente por 2-0 y tocaba a placer en el gramado del Nacional, pero una mala comunicación entre Olarra y Rojas permitió el desborde de De Gregorio que encontró a Lagunas que solo debió empujarla. Se pensó lo peor pero rápidamente esos fantasmas se disiparon y Montillo a los 72’ puso el 3-1.
Precio de las entradas, insisto en que si el precio fuera más bajo el nivel de afluencia sería mucho mayor. 15 mil personas contra Melipilla a $5.000 la galería da para pensar que pasaría si se baja a $4.000. Tarea para los dirigentes, más ahora que tienen números azules.
El finiquito, el 4-1 suena bien, pero con las llegadas claras de gol podrían haber sido muchos goles más. Hay que mejorar el finiquito para los partidos más cerrados.
Lo feo:
La ansiedad de “Villagol”, si bien suena un poco exagerado catalogar la jugada como “fea” es a lo que más se acerca. Villalobos entró faltando unos 20’ para terminar el partido y con una ansiedad no vista en otros partidos, buscando locamente el gol. En esos veinte minutos se perdió un gol increíble, que solo había que empujar, y le recriminó a sus compañeros que no le daban pases. Igualmente terminó anotando el 4to gol.