El flamante adiestrador de San Lorenzo de Almagro estuvo ayer en Ñuñoa y vivió intensamente el triunfo azul.
En Universidad de Chile pueden decir que cuentan con un hincha de lujo. Porque ayer Miguel Ángel Russo -monarca de la Copa Libertadores 2007 y quien percibirá un millón de dólares por dirigir a San Lorenzo de Almagro por una temporada- estuvo presente en el Estadio Nacional para vivir desde la tribuna el triunfo de los azules sobre Ñublense.
Acompañado por el ex dirigente laico Pedro Cárdenas, el trasandino se tomó la cabeza en dos ocasiones -la primera ante un gol que le anularon a Raúl Estévez; la segunda para reclamar un falta en el área en contra de Montillo-y aplaudió a Marcelo Salas cuando fue reemplazado por Nicolás Larrondo.
"Marcelo es un ídolo que ha hecho muchas cosas por la U. Tuve la suerte de dirigirlo (en 1996). Es de los mejores delanteros que vi en mi vida", afirmó.
Pero Russo no sólo regaló elogios. Al estratega le parece que " a este equipo le falta trabajo. Además, es un equipo bastante joven. Eso sí, tiene a un técnico que respeto bastante".
El argentino se mostró dichoso por volver a sentir el cariño de la gente. "Es un agrado haber venido. Siempre le voy a desear lo mejor a la U: guardo los mejores recuerdos del club porque me dio la oportunidad de tener mi primera experiencia internacional (N. de la R.: Copa Libertadores de 1996)".
El ex técnico de Boca Juniors recuerda con nostalgia aquella aventura copera, cuando los azules quedaron eliminados en semifinales a manos de River Plate. "Fue un partido que no merecimos perder. No me gusta recordarlo porque me produce una amargura tremenda".