El argentino lamenta que Salah no lo quiera de vuelta y critica el nivel del equipo.
Diego Rivarola jugó seis meses en Alki Larnaca (Chipre) y vuelve a Chile para subirse en una micro que espera sea la del recorrido final. "Tengo 31 años y me interesaba volver para jugar mi última etapa", cuenta. La oferta de Santiago Morning lo sedujo por varias razones, pero sobre todo porque se trata del mismo cuadro que lo reclutó en 1999, paso previo para fichar por la U al año siguiente.
Y hablar de los azules resulta inevitable para un ídolo Azul. Hace dos semanas viajó a Viña para ver la semifinal ante Everton y hasta última hora esperó un llamado de Azul Azul que le permitiera cerrar su trayectoria en la tienda universitaria.
"No se dio, pero yo ya lo sabía. Desde que asumió la actual administración y desde que está (Arturo) Salah sabía que las posibilidades eran nulas", cuenta.
-¿Tiene alguna teoría que sustente este rechazo?
"No sé, sinceramente no lo sé. Al técnico no lo conozco… Creo que hablé una vez con él nada más, y eso es todo".
-¿Tiene nivel para estar en la Universidad de Chile?
"Tengo 31 años, y hay jugadores que con esa edad o más han defendido al club. Estoy diez puntos".
-¿Qué pasó con la U del Torneo de Apertura?
"No tenía fútbol para aspirar a más. Fue irregular y no jugó con la autoridad de un equipo como la U. Cuando un cuadro grande no es campeón es porque le falta algo".
-¿Y qué le faltó?
"Además de lo futbolístico, le faltaron cosas en lo emocional. A este equipo de la U le faltan la mística y el espíritu típicos del club".
-¿Eso tendrá que ver con la falta de referentes en el plantel?
"Puede ser. Aparte de Marcelo Salas no hay mucha gente con experiencia. Tampoco hay muchos jugadores identificados con el club. Quizás se necesitaba otro tipo de futbolistas".
-¿Qué tipo?
"Quizás no se está eligiendo bien a los jugadores. Si el técnico los escoge adecuadamente, el equipo seguro es campeón. Ahí está el caso de Everton, que con futbolistas bien buscados logró un título muy merecido".
-¿Le duele la indiferencia de la U, considerando su condición de ídolo de la hinchada?
"Un poco. La gente me para en la calle y me dice: ‘Diego, vuelve a la U, porque necesitamos jugadores que quieran la camiseta’. Ahí me siento mal… La gente me extraña, pero no sé quién no me quiere, si Azul Azul o Salah. Ante eso no hay mucho que hacer".