El lunes pasado, Chilevisión, a través de su programa “En la mira”, exhibió un reportaje acerca de las barras bravas, el cual fue visto por millones de personas alrededor de nuestro país. En él no se mencionó casi nada nuevo: Hay delincuencia en los estadios, hay drogas y armas en los bolsillos de los “hinchas”, y carabineros hace el papel de “Héroes” al primer acto vandálico.
{mosimage}Pero, el punto que realmente llamó la atención fue cómo se constató y desmitificó esa supuesta “oportuna intervención” de Fuerzas Especiales en los constantes enfrentamientos contra Los de Abajo o La Garra Blanca.
Tras la trágica muerte del director general de la institución, José Bernales, el país (Mejor dicho, los medios) volcaron el sensacionalismo hacia el “paco”, pronunciando un luto nacional de tres días, suspendiendo la final de vuelta del torneo de Apertura, entre otras cosas.
La cobertura, tanto en despachos como portadas, fue tan constante que llegó a bordear lo excesivo (Protestas contra la educación, paro nacional de camioneros….¿se les viene la palabra “distracción” a la mente?)
Bien, ahora que ha quedado de manifiesto que la violencia en los distintos coliseos deportivos no es obra y gracia de un solo órgano (Las barras), nos damos cuenta que la jugarreta iniciada por la Tragedia de Panamá no va a durar mucho.
En el reportaje, se explicita claramente cómo FF.EE. golpeó brutalmente a los fanáticos azules previo al encuentro en el Estadio Monumental frente a Colo Colo, por la primera semifinal del Clausura pasado. Se mencionó que la causa principal fue una “provocación” por parte de un aislado grupo hacia los vestidos de verde, lo cual llevó a lo que ya todos conocemos: Rejas caídas, moretones y cabezas rotas por doquier, y el confinamiento a uno de los codos para la totalidad de la fanaticada azul (Mi cuñado fue brutalmente golpeado aquélla jornada mientras esperaba ingresar). Pero lo que el periodista a cargo no dijo fue que la verdadera razón del exabrupto fue el rechazo a ubicar un específico lienzo (Se dice que era un lienzo de “Camacho”).
Puede sonar ridículo, pero no es nada alejado de la realidad.
A modo de anécdota, la última vez que asistí al Monumental (21 de Octubre de 2007), en la previa, muchos Carabineros golpearon e impidieron ubicar banderas en lugares donde se ubicaba publicidad (Umbro, Cristal, Líder, etc.…).
El programa, conducido por Macarena Pizarro, no hizo más que continuar la estigmatización de los asistentes a los “sectores populares” de los estadios, pero lo más rescatable de este trabajo fue la valentía para ingresar encubiertos tanto a LDA como a la GB, y la forma en la que se desnudó la verdad acerca de la constante violencia por parte de Carabineros.
Volviendo al tema de la semifinal del Clausura, en el juego de vuelta, el cual le costó a la “U” la polémica sanción de actuar como local en Pedreros y sin público, se observó claramente cómo Fuerzas Especiales desacató órdenes directas de no atacar a la gente azul. Algo que, según mi recuerdo, no apareció en muchos periódicos o noticiarios nocturnos, pero sí se mostró tablones arrojados y estaciones de metro destrozadas.
No es extraño entender el actuar del cuerpo policiaco, quien intimidó varias veces al camarógrafo de turno, incluso llegando al extremo de “lanzarle” la motocicleta encima al momento que documentaba un enfrentamiento en las afueras del recinto de Macul.
Lo más jocoso fue, casi al final del trabajo periodístico, escuchar la declaración del miembro del “SWAT chileno” Mario Ríos, quien habló de autocontrol y criterio de Carabineros a la hora de un posible altercado. A riesgo de sonar sensacionalista, hay que decir: “Qué caradura más grande”
No me mal interpreten. El trabajo de investigación realizado por el canal ha sido de los mejores en este país (El periodista no goza de la completa credibilidad del pueblo), pero mostró a Chile entero una realidad que no hace más que alejar a la gente de los principales recintos deportivos.
¿No les parece raro que en Alemania o Inglaterra un encuentro entre equipos de mitad de tabla se juegue a estadio prácticamente lleno?
Entretanto, nosotros, a duras penas, llevamos 40 ó 50 mil personas a un Superclásico.
Hay que hacer cambios, y rápido.
Por ejemplo, échenle un vistazo a la Ley de Violencia en los Estadios (http://www.chiledeportes.cl/transparencia/marco/19327-8.pdf), y opinen ustedes mismos.
¿Cuántas de estas penalidades han sido aplicadas?
¿Cuántos artículos en esta ley les provocan irónicas carcajadas?
En Febrero, escribí una columna sobre la ya mencionada sanción al equipo laico y la violencia de parte de la barra. En ella se expresaba el anhelo de cambio y de tomar conciencia que esto únicamente perjudicaba a la institución. A cuatro meses de aquello, nos encontramos con cierta mejoría; La victoria de 1-0 ante los albos en el último clásico mostró que la lección fue aprendida, pero todavía queda mucho por hacer.
No sólo demostrando aguante probaremos que somos los mejores, sino también mostrando organización y orden.
Sólo así nos desprenderemos de la discriminación que gozamos junto a la barra de Colo Colo. Y, más importante aún, los asientos volverán a estar llenos.
No suena a mucho pedir ¿o sí?