El técnico azul se refirió a las razones que tuvo para sacar al goleador, tras la fuerte entrada y agresión verbal del defensor Sebastián Roco, quien por su parte le restó dramatismo a la discusión.
Pese a que el triunfo consolida a la U en la parte alta de la tabla, el técnico Arturo Salah no disimuló su preocupación por el estado físico en el que terminaron algunos de sus jugadores, entre ellos el capitán Marcelo Salas.
El goleador recibió una fuerte entrada de parte del defensor Sebastián Roco, con quien adémas sostuvo una fuerte discusión por largos minutos, lo que determinó sus salida del campo de juego por decisión técnica.
"Tomé la decisión de sacarlo porque estaba con un pequeño esquince de tobillo, tras la jugada aquella en que le tocó un entrevero", indicó el adiestrador universitario.
Respecto a los alcances de la nueva lesión del artillero, quien estuvo en duda para este partido por una fuerte contusión clavicular, Arturo Salah manifestó su confianza en que el golpe no provoque algun daño grave.
"Le hicieron una palanca y se dobló el tobillo, así que es de esperar que lo podamos recuperar", sostuvo el DT, quien también quedó con una sensación amarga por la lesión de tobillo que aquejó a Francisco Arrué, el cual fue derivado a una clínica de urgencia.
En cuanto al partido mismo, Salah reconoció que Santiago Wanderers le puso una dura tarea, "ya que es un equipo difícil, porque se están jugando muchas cosas. Lo importante es que no caímos en la deseperacion del rival y tratamos de llevar el partido por el cauce que más nos convenía".
Por su parte, el propio Marcelo Salas destacó la actitud que tuvo el equipo para sobreponerse al tema de las lesiones, la pierna fuerte del rival y a lo cerrado que estuvo el partido
"Sabíamos que nos encontraríamos con un equipo muy cerrado, que vendría a buscar un punto, así que teníamos que nosotros tratar de generarnos los espacios y abrir la cancha. En el primer tiempo costó un poco, pero en el segundo abrimos la cancha, salió el gol de Emilio y resolvimos el partido", matizó el goleador que fue protagonista de un altercado con el central Sebastián Roco.
En el camarín opuesto, el capitán porteño le restó importancia al conflicto con el selecionado nacional y los insultos que ambos se propinaron profusamente, tras la fuerte entrada que lesionó al jugador.
"Fue una jugada de fútbol, porque si se ponen a analizar las estadísticas de los partidos, yo no soy un jugador malintencionado. Si lo fuera el árbitro Guido Aros estaba de frente y me hubiese echado y no fue así, sólo fue foul", se exculpó.
En cuanto, a las palabras que se dedicaron con Marcelo Salas, el calvo central le bajó el perfil, señalando que "uno se dice muchas cosas dento de la cancha que a uno después se le olvida y se enfría todo el tema. A veces con las pulsaciones muy en alto reaccionas mal, pero creo que mantuve la calma, porque en otros momentos hubiese reaccionado mal. Igual me sorpendió su reacción, pero todo queda ahí nomás".