Mientras el empresario sea vicerrector de la U. del Desarrollo no habrá autorización para que la concesionaria utilice el nombre y logo del club. "Es un tema de principios", afirma el decano de la Facultad de Derecho, Roberto Nahum.
Las negociaciones entre Azul Azul y la Universidad
de Chile para conseguir que la casa de estudios autorice que el nombre y logo del club sea utilizado en el equipo de fútbol quedaron en un punto muerto luego de la última condición establecida por la Casa de Bello: que Federico Valdés no puede ser presidente de la concesionaria mientras se desempeñe como vicerrector de la Universidad del Desarrollo.
Mientras en Azul Azul reconocen estar "complicados" con este tema, el decano de la Facultad de Derecho, Roberto Nahum, ratificó la existencia de dicha "incompatibilidad" y justifica su exigencia.
"Tengo un alto respeto por Federico Valdés y no tengo nada personal en su contra. Sin embargo, aquí hay un tema de principios que debemos defender como institución y que no tiene que ver con su persona", indicó Nahum ayer.
El abogado también criticó a las autoridades de Azul Azul. "Ellos tienen un estilo parecido al que nos tenía acostumbrado la anterior administración del club, en el sentido de hacer públicos los temas que son privados e interpretarlos de acuerdo a su conveniencia: hace algunos meses dijeron que todo estaba acordado y se nos adjudicaba un cierto número de directores sin voto y porcentajes de participación decididos. Ahora dicen que no se sabe qué pasa por la cabeza del decano", agrega.
Eso sí, Nahum admite que las negociaciones no han finalizado. "Todavía estamos analizando el tema, porque para nosotros esto es más que la mera sociedad comercial. En cambio, en Azul Azul todo se ve desde una perspectiva económica", dijo.
Viña, en duda
En lo futbolístico, la U todavía está buscando dónde efectuar el partido del 17 de septiembre ante O'Higgins. Pese a que la autoridad policial de la Quinta Región no autorizó el estadio Sausalito de Viña del Mar, Azul Azul aún confía en que se podrá jugar ahí: pretenden contratar guardias privados para que resguarden la seguridad y pedirán nuevamente el permiso a carabineros.